sábado, 29 de enero de 2022

Bibliohazaña

DE UNA EXTRAORDINARIA SERVIDORA PÚBLICA: VIRGINIA BETANCOURT VALVERDE

Luis Barragán

Nos habituamos a las bibliotecas públicas desde los ya remotos tiempos del fichero, coincidiendo con la labor de una venezolana excepcional que las hizo masivas, cotidianas, eficaces, cómodas, atractivas y, algo frecuentemente inadvertido, por vez primera,  real expresión del Estado Nacional, aunque el decreto de creación de la Biblioteca Nacional data del siglo XIX.  A Virginia Betancourt Valverde le debemos tanto empeño, incluyendo la conformación y calificación de sendos equipos para una irrepetible labor que le agradecemos inmensamente.

               Pasamos de San Francisco al Foro Libertador, cuya construcción diligenció testarudamente hasta culminar una obra que era exclusiva para la ciudadanía, o de Macubají a la Hemeroteca Nacional, convertida la afición en un oficio imprevisto que, además, nos familiarizó tanto con un personal serio, conocedor y responsable que recuerdamos con respeto y cariño. Un día, nos sorprendió la LIc. Maricarmen Iriarte con un carnet firmado por la presidente del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional que también nos permitía emplear un cubículo para el investigador que nunca creímos merecer, quizá   por todos aquellos los acumulados en saciar nuestra curiosidad, tomando fundamentalmente nota de la vieja prensa, como de las revistas especializadas y de los libros que tanto nos marcaron.

               Apenas, dos o tres años atrás, la conocí personalmente y, una década antes, la consulté telefónicamente, cuando se planteó un absurdo proyecto de ley sobre la materia en la Comisión Permanente de Cultura de la Asamblea Nacional. De una bien ganada fama de severidad, puede decirse de una mujer que dio de leer y,  de una poderosa imaginación bibliotecaria, concibió e implementó una exitosa política pública arruinada en la presente centuria.

               Por fin, en nuestras manos se encuentra un ejemplar de indispensable consulta, sobre todo para el dirigente político deseoso como el que más de superar el actual desorden establecido, requerido de una precisa orientación en torno a las cosas que se hicieron y muy bien,  inspiradora de las que ya son necesarísimas para reconstruir al país en libertad. De largo título, apenas, la punta de iceberg, sugerimos la sugestiva lectura de “El Sistema Nacional de Bibliotecas e Información de Venezuela (SINASBI): 1974-1998. Una experiencia latinoamericana exitosa en la formación de ciudadanía” (Abediciones, Caracas, 2020).

               Virginia es referente ineludible del servicio público en Venezuela, por vocación y talento. Vive al país, porque está entre nosotros, y no en una villa suntuosa de Estados Unidos o de Europa, moviéndose en un avión privado. De una sencillez y austeridad que aprendió de sus padres, es motivo de orgullo, orgullo fundamentalmente ciudadano.

31/01/2022:

http://www.opinionynoticias.com/opinioncultura/36604-virginia-betancourt-

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