sábado, 30 de abril de 2022

Plomamentazón

A 60 AÑOS DEL "BARCELONAZO"; CANACHE MATA CUENTA CÓMO ESQUIVÓ LA MUERTE DOS VECES 

“Como a las seis de la mañana, un militar que no conocía, de tamaño bajo, trigueño, me llama: ‘Doctor Canache, hágame el favor’. Voy hacia el patio, y entonces se me identifica y me dice: ‘Doctor, yo soy el capitán Massó Perdomo, yo soy muy amigo de su hermano el capitán Canache Mata. Quiero decirle que ha habido un golpe de carácter nacional, debe producirse ahora el levantamiento de otros cuarteles (…) su vida no va a correr ningún peligro, lo mismo que la vida del gobernador del estado”

Jessica Dirinot

Caracas.- Eran las 4:30 de la madrugada cuando un piquete de soldados recogió a Carlos Canache Mata en su casa en Lechería para trasladarlo al Cuartel “Pedro María Freites” en Barcelona, estado Anzoátegui. Al llegar, fue sentado en uno de los corredores bajo custodia de dos soldados, quienes fusil en mano, serían los encargados de vigilar su amarga estadía durante el alzamiento cívico-militar derechista contra Rómulo Betancourt, aquel 26 de junio de 1961.

Aún no había amanecido cuando al entonces secretario general de gobierno Canache Mata ya lo acompañaban el gobernador del estado Anzoátegui, Rafael Solórzano, y el director de Política, Efraín Landa. Tres prisioneros defensores del sistema obligados a presenciar una de los insurrecciones más sangrientas de la época, cuando los extremos de izquierda y de derecha procuraban desmontar la naciente democracia a cualquier costo.

Antes de las 6:00 a. m. grupos de extrema derecha instalaron su centro de operaciones en el cuartel Freites. El mayor Luis Alberto Vivas Ramírez ordena a varios oficiales la toma de la casa de Acción Democrática, la Policía Técnica Judicial, la Emisora Radio Barcelona y el Aeropuerto. 

Mientras amanecía, el presidente Rómulo Betancourt –desde el Palacio de Miraflores– mandaba a desplegar a los soldados dispuestos a frustrar el golpe.

Entre la vida y la muerte

Carlos Canache Mata es uno de los pocos testigos de excepción que puede dar fe de lo ocurrido seis décadas más tarde. Con casi 94 años de edad, cuenta con fluidez cómo escapó de la muerte pese a haber estado detenido en el epicentro del complot. En ese entonces tenia 34 años y ejercía como secretario de gobierno regional.

“Como a las seis de la mañana o un poco más, un militar que no conocía, de tamaño bajo, trigueño, me llama: ‘Doctor Canache, hágame el favor’. Voy hacia el patio, y entonces se me identifica y me dice: ‘Doctor, yo soy el capitán Massó Perdomo, yo soy muy amigo de su hermano el capitán Canache Mata. Quiero decirle que ha habido un golpe de carácter nacional, debe producirse ahora el levantamiento de otros cuarteles (…) su vida no va a correr ningún peligro, lo mismo que la vida del gobernador del estado”. 

En realidad el capitán al que hacia mención Massó Perdomo no era hermano, sino doble primo de Canache Mata, un detalle que el dirigente adeco no perdió la oportunidad de precisar. De todos modos estaba a salvo. Capturado pero a salvo.

Acercándose el inicio de la retoma del cuartel por parte de los oficiales leales a la Constitución, un soldado de apellido Piña le hizo a Canache un generoso ofrecimiento.

“Me llama aparte y me dice: ‘Doctor Canache hágame el favor -entramos a un cuarto y era la cocina de la guarnición- soy Piña y quiero que se quede aquí en la cocina para salvarlo, porque estoy casado con una señora de Puerto Píritu y ella lo conoce desde muchacho a usted. Va a comenzar ya la recaptura del cuartel, va a haber mucho plomo, y es posible que una bala loca, en ese corredor a la intemperie en que están, mate a cualquiera de ustedes. Lo he traído para dejarlo aquí.”

Pero Canache, renuente a dejar a su suerte a Solórzano y a Landa, termina por rechazar la oferta prefiriendo afrontar la “plomamentazón” en compañía. De regreso al corredor, no habían pasado más de 5 minutos cuando cae herido Efraín Landa tras recibir un tiro en el pecho:

- “Ahora sí ¡nos jodimos!”, le dijo Canache al gobernador mientras esquivaban los tiros de lado y lado dentro del cuartel.

Media hora de “plomo”

Durante al menos de 30 minutos Canache Mata y el gobernador se resguardaron detrás de una puerta de las balas de quienes accionaban sus fusiles: unos para defender la democracia y otros para intentar acabarla.

Los civiles dentro y fuera del cuartel se identificaban con bandas amarillas, símbolo de la Unión Republicana Democrática (URD), que en ese entonces ya se había retirado del Pacto de Puntofijo.

“Centenares de tiros, -iban y venían- mientras unidades de combate de la Aviación hacían pases rasantes sobre la guarnición (…) al terminar, el teniente Ramón Carrasquel, jefe de la recaptura, Piña y otros soldados rompen la puerta del casino y nos introducen en el. Desde allí, el gobernador Solórzano y yo anunciamos la recuperación del Cuartel “Pedro María Freites” para el Gobierno democrático a través del teléfono, que se encadena con las emisoras locales “Ondas Porteñas”, “Radio Barcelona” y “Radio Puerto La Cruz”.

Golpe frustrado

A las 10:10 a. m., el Ministerio de Relaciones Interiores anuncia en un boletín la situación en Barcelona y promete que sería sofocada a como diera lugar. Aquello obligó a los alzados a salir del Cuartel.

Los militares fieles al gobierno de Betancourt retomaron el control rápidamente, y a las 11:00 a. m. ya el movimiento estaba derrotado. Por su parte, los militares sublevados se rindieron y fueron detenidos sus líderes principales.

Recuperada la casa de Acción Democrática y el Cuartel, Canache Mata y Solórzano cargaron a Landa y se lo llevaron a la Clínica Guzmán Lander, un lugar al que no pudieron entrar porque las enfermeras que atendieron al herido lo impidieron sin motivo aparente.

Una vez más habían conjurado una muerte segura:

“Resulta que una vez que fracasó el golpe, muchos oficiales se refugiaron en esa clínica porque el dueño era el jefe de URD, un médico que después fue ministro de Sanidad en el gobierno de Raúl Leoni (…) Las enfermeras nos protegieron”, dijo.

No hubo fusilados

Mucho se habló sobre el presunto fusilamiento a civiles inocentes y a aquellos que apoyaban el alzamiento; sin embargo, Canache Mata aclara que varios de ellos murieron en enfrentamiento con la Fuerza Armada, y otros fueron enjuiciados.

El golpe dejó al menos 16 muertos y 10 heridos, entre ellos exoficiales, civiles y soldados del Ejército.

Palabras del presidente Rómulo Betancourt en 1962

Betancourt se refirió a la asonada militar en un acto público en la Plaza de El Silencio en Caracas, con motivo al tercer aniversario de su gobierno. Su mensaje fue directo a las corrientes minoritarias:

“El último episodio de esa recurrencia dictatorialista es lo que se conoce en el argot político de Venezuela como el ‘Barcelonazo’. Se infiltraron unos oficiales retirados y un grupo de civiles en el cuartel Freites de Barcelona y allí quedaron tendidos y otros están en la cárcel, porque quien se introduzca en un cuartel en Venezuela no será recibido con serpentina y confetis, sino con plomo”, dijo, aclarando que no caería en acciones repudiables como los fusilamientos a personas indefensas.

Luego de la insurrección de aquel 26 de junio de 1961, en el siguiente año ocurrieron otras como El Carupanazo y el Porteñazo. Todos los movimientos fueron derrotados.

El as bajo la manga

Cuenta Canache recuerda que varios de los allegados a Betancourt cuestionaban por qué este no accionaba contra todos los oficiales “golpistas” dentro de la Fuerza Armada, aun cuando el Gobierno tenía conocimiento sobre cada uno de ellos.

“En 1964,  en la ciudad de Nápoles, en una entrevista en la que participábamos Luis Beltrán Prieto, Reinaldo Leandro Mora y yo, Betancourt nos dijo, palabras más palabras menos, que ‘algunos me pedían que expulsara de las FAN de una vez a los jefes militares conspiradores, pero si yo hacía eso, no se habría terminado de secar la tinta de la firma de esa resolución cuando se produciría una rebelión militar de gran magnitud; por eso, hice lo que hice: ir valiéndome de los estallidos golpistas para poner fuera de las FAN a los oficiales agarrados con las manos en la masa’"

Casi un siglo de vida

Carlos Canache Mata es médico, abogado y político. Fue miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Acción Democrática (CEN); secretario general de Gobierno del estado Anzoátegui; diputado y senador del extinto Congreso. Consecuente militante de la tolda blanca, ya edita un libro sobre Rómulo Betancourt tras haber escrito 66 collages que cuentan desde su perspectiva la obra del arquitecto de un sistema cuyo saldo es indudablemente positivo: dejó impronta imperecedera en Venezuela.

26/06/2021:

https://elcooperante.com/a-60-anos-del-barcelonazo-carlos-canache-mata-cuenta-como-esquivo-la-muerte-dos-veces/

Breve nota LB: Importa preservar piezas, como esta sección de un "diccionario de farsantes", cuyo contenido es elocuente (https://www.ensartaos.com.ve/diccionario-de-farsantes-el-caso-de-carlos-canache-mata/). 

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