EL 19 DE ABRIL ELECTORAL DE 1810
Guido Sosola
De generación en generación, nos ha confundido una fecha patria, pues, declaramos o proclamamos tanto la independencia un 19 de abril de 1810, como un 5 de julio de 1811, día en el que firmaron los constituyentistas el acta correspondiente, como erróneamente se ha dicho. Por supuesto, los errores vienen de nuestra formación escolar que, a su vez, obedeció a una historiografía políticamente interesada. Por cierto, no deseamos imaginar lo que ocurrirá ahora bajo la bolivarianísima concepción chavista del mundo y de las cosas. Sin embargo, inspirados en un libro meritorísimo como el de Carole Leal Curiel, hay un motivo digno de celebrar después de dar ese paso inmenso y precursor hacia la liberación del país respecto a la monarquía española: la realización de las elecciones para los integrantes del decisivo Congreso General que marcará un hito en Iberoamérica, desde la modesta Capitanía General de Venezuela.
“La primera revolución de Caracas, 1808-1812. Del juntismo a la independencia absoluta (Abediciones-KAS, Caracas, 2017), nos impone de un proceso harto complejo que condujo a los importantes comicios que sentaron todo un precedente y del cual, por estos años, es que nos enteramos. Comprendida como la rearticulación de un centro político, Leal Curiel nos cuenta sobre la constitución de la consabida Junta Suprema en defensa de los derechos como soberano del llamado hijo de la cuchufleta, Fernando VII, y de la laboriosa tarea política que le correspondió adelantar con las juntas de Nueva Barcelona, Cumana, Margarita, Barinas y Guayana, y otras que no entraban por el aro. Empero, lo más importante es que una historiadora tan competente que sabe escribir y bien, nos mete en la convocatoria y realización de las elecciones, revelando pormenores y vicisitudes que sorprenden, para dar con un Congreso que inspira todavía respeto.
Por supuesto, no son las elecciones universales, directas y secretas que aprendimos después de la Revolución de Octubre de 1945, pero asombrará que, con todo lo censitaria que fuese, salvando las distancias, resultan más convincentes las de 1810 que las hechas en todo el siglo XXI que no es poco decir. Ocurre que el analfabetismo funcional domina aún en los actuales sectores opositores que hablan el mismo lenguaje del régimen, descolocándonos en el tránsito de esta larga marcha hacia la democracia, según lo refiere Germán Carrera Damas.
Hay dos detalles que no debemos pasar por alto: por una parte, tan dividida las clases conductoras del proceso independentista en torno a la naturaleza y los alcances de la ruptura, hubo la habilidad de defender a un monarca tan banal y largamente indefendible, como el cuchufleto, escondiendo el propósito definitivo de la jugada. Y esta habilidad de cuño estrictamente maquiavélico, por otra, ha generado también una reflexión ética en los últimos lustros que pone de manifiesto la valía de héroes como Juan Germán Roscio, capaces de llevar una gesta adelante como la libertad republicana, en la que otros hubiesen fracasado (¿los dirigentes actuales, por ejemplo?).
Agreguemos que son escasas las versiones ilustradas de los sucesos del 19 de abril, excepto las animaciones que se hicieron para los álbumes de barajitas de la década de los sesenta del presente siglo, y, por supuesto, el consabidísimo Juan Lovera. Por ello, valoramos y mucho la ilustración de Luis Guevara Moreno sobre el 19 de abril, tomada del diario El Nacional (Caracas, 03/04/2010), confiriéndole una significación y una dinámica entre el Emparan que empuña el bastón de mando y la mujer enmantillada entre los vapores de confusión del proceso echado a andar, con sus algarabías.
Ilustración: Luis Guevara Moreno.
19/04/2023:
https://www.lapatilla.com/2023/04/19/guido-sosola-el-19-de-abril-electoral-de-1810/
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