DEL PASADO COMO PROYECTO POLÍTICO
Luis Barragán
Quizá toda una
universalidad, el pasado ha de ocupar su justo y adecuado lugar. No se entiende
ni entenderá la legitimación política de un retroceso, por muchos reaccionarios
que haya.
El caso
venezolano puede prestarse a confusiones, debido a la amarga experiencia
acumulada en el presente siglo. Y es que
ha sido tan amarga, que hizo popular aquello de que éramos felices y no lo sabíamos.
Frases muy
ligeras aparte, porque estuvimos tan mal que la respuesta fue el chavismo,
nadie duda que sostuvimos un régimen de libertades públicas, estabilidad
económica, o calidad de vida, holgadamente superior al de socialismo dizque
bolivariano. Empero, el programa puntofijista se agotó, resultado un éxito, y
la crisis estructural del modelo rentista hizo el resto. Por consiguiente, no
se trata exactamente de reandar un camino que ya trillamos, siendo otras las
exigencias.
Si de un
proyecto político se trata, los venezolanos lo realizamos a lo largo de 25
años, pues, a falta de propuestas reales, específicas, concretas y profundas
del socialismo, la maldición y condena de los 40 años del puntofijismo, fue el
motivo fundamental, el eje esencial, y, puede decirse, alma, inspiración y
palanca de Chávez Frías y compañía. No se hizo nada nuevo, excepto improvisar
incansablemente, devolviéndonos al siglo XIX, para aterrizar en una crisis
humanitaria compleja, completamente sojuzgados. En consecuencia, luce evidentemente
estúpido quejarse de este cuarto de siglo y no hacer algo radicalmente
diferente.
Muy diferente
es el caso de conservar la memoria, añadida la muy práctica de recuperar lo que
queda de recursos hemerográficos en el país, por ejemplo. De ella saldrá
también el futuro, por las lecciones del pasado, pero – nada recomendable – no debe
convertirse de nuevo en una regresión absurda y nefasta.
Fotografía: LB, Hemeroteca de la Academia Nacional de Historia (CCS, 08/03/2024).
30/09/2024:
https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/41894-del-pasado-como-proyecto-politico
Interesante reflexión del pasado como proyecto político. Con los años uno va conociendo diferentes constituciones cual reflejo de los proyectos políticos de sus respectivos países, que casi nunca se cumplen, o al menos no a plenitud. La constitución venezolana de 1960 sigue siendo una visión de país y de vida que supera a muchos de esos textos. Con una actualización adecuada sería ese pasado como proyecto político que el país necesitará en su momento. Aquel texto era maravilloso, y por eso no habría que inventar mucho sino ponerlo al día, por ejemplo con un artículo de la constitución italiana que claramente prohibe la guerra como medio de solución de los conflictos, o -aunque no guste a muchos-, insistiendo en el carácter laico del Estado, etc.
ResponderBorrarComo están las cosas en la educación, mejor tomar aquel texto que redactar uno nuevo en tiempos donde hasta los académicos más renombrados -descendientes de los constituyentes de entonces- redactan mal...