LA MENINA FALTANTE
Luis Barragán
“Mirad así el misterio de cuanto
queda escrito
o pintado, que mientras más imaginario es,
por más verdadero se le tiene”
Carlos Fuentes (*)
En las últimas
semanas, el recorrido a pie por importantes sectores del municipio Chacao ha
sido atractivo para numerosas personas que se (auto)fotografían al lado de unas
damas vestidas a la usanza palaciega de mediados del siglo XVII. Cada menina,
faltándole paje que la acompañe, hecha de
un material resistente a la intemperie, expone un distinto motivo venezolano: paisajístico,
petrolero, infaltable Bolívar al lado de cantantes, beisbolistas o diseñadores
de moda.
El no menos
venezolano Antonio Azzato es el autor que exhibió años atrás sus piezas en las
calles madrileñas y varias ciudades andaluzas, y, ahora, ha roto con el hastío
caraqueño, aunque los ibéricos cuestionaron la versión que conocieron a juzgar
por un reportaje de @begogomezurzaiz,
publicado en El País hacia 2020 (https://elpais.com/icon-design/arte/2020-11-04/meninas-esculturas-intervenidas-pintadas-madrid.html).
El celebérrimo lienzo de Diego de Velásquez, protagonizado por el entorno en
vez de la infanta Margarita de Austria, hija de Felipe IV, es un formidable
pretexto para la crónica reciente del
país; agreguemos: la crónica censurada, porque luce – por ejemplo – pertinente una
estampa del tristemente célebre El Helicoide, como alcanzamos a ver rápidamente
en las redes digitales, sin lograr retener el anónimo diseño, creativo y
alterno en cuestión.
Inexpertos en
la materia, estamos lejos de juzgar la
obra esparcida en el muy transitado municipio, aunque – intuimos - el mayor de
los atrevimientos probablemente hubiese sido convertir a las meninas en una
suerte de muñecas inflables de las que se conocen en el mundo de los implementos
o juguetes sexuales. Se nos antojan demasiado convencionales en la presente
versión, cónsona con el propósito de no alborotar o escandalizar a la opinión
pública para evitar los riesgos políticos de fácil adivinación. Sin embargo,
por convencionales que nos parezcan, fueron celebradas las elegantes y mudas
mujeres que se aceptan como parte del día y de la noche, metropolitanas.
Más de veinte
años de retrocesos en materia cultural para un país que fue de grandes y
modestos artistas, museos y galerías, con una fuente periodística cada vez más
especializada, y, hoy, es lo que es, constituye una noticia todo objeto
estético, sugestivo, distinto que se nos atraviese, incluso, para satisfacer
los consabidos requerimientos y hábitos digitales en boga. Unos son más
imaginarios y, así, verdaderos, mientras que, otros, más realistas y falsos en
esta espiral aparentemente irremediable del tedio que nos aqueja.
(*) “Terra
nostra”, Joaquín Mortíz, México, 1975: 240.
07/02/2024:
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