Luis Barragán
Las redes
digitales universalizaron el servicio religioso con el que culminaron las
celebraciones oficiales en Washington, por el regreso de Donald Trump al poder.
Conmovieron profundamente las palabras de la obispo episcopaliana Mariann Edgar
Budde, en demanda de piedad para los inmigrantes e integrantes de la comunidad
LGTB+, después de suscritas las órdenes ejecutivas concernientes en la Casa
Blanca.
Naturalmente
que la intervención de Budde puede suscitar toda suerte de polémicas, respecto
a la dramática situación de una inmigración que, por cierto, no se entiende sin
la industria del coyotaje; la ideología de género y, en general, la cultura woke; la posibilidad del ejercicio
femenino del sacerdocio y la oportunidad de alcanzar la más alta prelatura, en
contraste con la Iglesia Católica; la observación que pueda hacerse en relación
al denominado lenguaje inclusivo, aunque el DRAE aporta precisión, etc. Sin
embargo, importa señalar la hermosa y significativa escena de la obispo dirigiéndose
con una extraordinaria serenidad y aplomo al desenfadado Trump que
inmediatamente comprendió las solemnes circunstancias del acto, gracias a Dios.
Por estos
predios, ha de presumirse que la religiosa podría protagonizar y, no faltaba
más, hasta repetir un mensaje semejante, pues, añadida la de Cuba, la
superlegalidad latinoamericana teóricamente lo permite. Huelga comentar el
riesgo que ella, o cualquier otra persona, correría, solo con intentarlo.
Probablemente,
proyectada más allá de las fronteras, recibirá numerosas invitaciones para
visitar sendas instituciones religiosas afines y universidades de distintos
países. Claro está, no es de esperar que veamos pronto a la obispo Budde en el
nuestro.
(*) La expresión “prelada” está reservada a la persona
superior de un convento o comunidad eclesiástica, en la primera acepción del
DRE, mientras que, en la siguiente,
“prelado” lo refiere al obispo, entre otras dignidades eclesiástica.
Fotografía: Tomada de la cuentafacebookeana de MEB (https://www.facebook.com/photo/?fbid=104016718054087&set=a.120849733382964).
Reseña: The Washington Post, 23/01/25.
26/01/2025:
https://www.lapatilla.com/2025/01/26/luis-barragan-de-una-brevisima-comparacion/
Cfr.
https://x.com/Ronxyz00/status/1882108504514961441
https://latinus.us/eu/2025/1/25/no-fue-un-regano-fue-una-suplica-dice-obispa-que-pidio-trump-
compasion-por-los-migrantes-los-ninos-trans-133448.html
"...la dramática situación de una inmigración que, por cierto, no se entiende sin la industria del coyotaje; la ideología de género y, en general, la cultura woke;"
ResponderBorrarSobre el coyotaje no hay duda, pero con relación a lo "woke" la afirmación no es históricamente cierta. La migración al "Norte", llámese EEUU o Europa existe desde mucho antes del surgimiento y expansión de la cutura "woke". Es así inevitable sospechar que la afirmación enciera un consciente, o incosciente, rechazo a lo "woke". Se puede o no criticar esa visión del poder, pero no mezclarla con el fenómeno migratorio.
Sobre la oficiante, cuya biografía es admirable, la conducta gestual de Trump y Vance durante la ceremonia y las declaraciones posteriores reflejan su falta de piedad y hasta para mantener las formas. Malandros ambos.