sábado, 23 de abril de 2022

Epistolares

"EL CASO DE LAS CARTAS ES LA SOCIEDAD CIVIL EXPRESÁNDOSE" 

Pedro Pablo Peñaloza 

 La carta abierta al gobierno de Estados Unidos publicada por 25 economistas, intelectuales, dirigentes sociales y empresarios de Venezuela, en la que solicitaron “negociaciones sustantivas” en el país y advierten sobre cómo las sanciones económicas contra el gobierno de Nicolás Maduro “no lograron sus objetivos”, sigue dando de qué hablar y analizar.

Aunque algunos de los que firmaron aseguran que se trata de una petición al gobierno de Joe Biden y no un reconocimiento o apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, aún hay sectores que la califican como una “traición” a la oposición y un respaldo al chavismo.

El documento ha causado revuelo entre la oposición venezolana. Políticos cercanos a Juan Guaidó, dirigente reconocido como presidente interino por Estados Unidos y otros 50 países del mundo, la repudiaron.

Pedro Pablo Peñaloza, periodista especializado en el análisis político, conversó sobre este tema y todo lo que implica, durante su participación en la edición de este jueves 21 de abril de #CocuyoClaroyRaspao.

Para este comunicador, tanto esta carta como el acercamiento que tuvieron miembros del Foro Cívico durante su reunión con Maduro en Miraflores, significan que «estamos entrando en una etapa distinta, ni buena ni mala, sino que se enmarca luego de las elecciones regionales, que se ve un acercamiento entre sectores de la oposición y el régimen», dijo durante su tertulia con Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo, y Xabier Coscojuela, director de Tal Cual.

A juicio de Peñaloza, lo que ha demostrado estas situaciones recientes es que la sociedad civil busca soluciones más allá de los partidos políticos.

«Esa posición crítica de rechazo a la continuidad del gobierno interino y el liderazgo del G4 demuestra que hay distintos actores de la sociedad civil que buscan mover el tablero de forma diferente», señaló.

Dijo también que cuando dicen que son agendas distintas, «no es así, sino complementarias. Recordemos la mesa de vacunación. Pero para que sean complementarias debe haber un liderazgo mucho más solido que tenga respaldo».

Argumentó que en el caso de las cartas es «la sociedad civil expresándose, eso no se puede negar».

«Hay tiempo para que la oposición busque la unidad, es cuesta arriba, creo que es más que un tema de egos, se trata de una visión política, también hay dinero alrededor», añadió.

Ilustración: Burnt Toast. 

21/04/2022:

https://efectococuyo.com/politica/pedro-pablo-penaloza-el-caso-de-las-cartas-es-la-sociedad-civil-expresandose-cocuyoclaroyraspao/

LA CARTA NO ES NINGUNA PUÑALADA (;) ES SOLO UNA MUESTRA DE LA TIRANTEZ QUE EXISTE EN LA SOCIEDAD

En medio de opiniones encontradas en torno a la carta enviada al presidente de EEUU, el doctor en Ciencias Políticas Guillermo Tell Aveledo explicó por qué para Maduro es más fácil tener reuniones directas con miembros de la sociedad civil y empresarios que retomar el diálogo en México.

«Esta acción [el envío de la carta] es el resultado de la tirantez en la que se encuentran todos los sectores sociales, políticos, económicos del país, que en algún momento reclamaron un cambio de gobierno en unidad y hoy se encuentran desperdigados. Parte del empresariado y de la sociedad civil que firmó esa carta está diciendo: bueno, a nosotros también nos abandonaron los políticos. Durante años esos sectores financiaban a la oposición. Durante años habían facilitado el apoyado a medidas política, deteniendo el comercio y deteniendo la industria, apostando por el cambio político y ese cambio político no se dio, independientemente de las sanciones. Las sanciones son hoy el quid del debate, pero no es lo único que debemos debatir. Y el gran problema es que la sociedad venezolana no está debatiendo y no está presta a debatir», expresó en entrevista concedida a La Prensa Lara.

¿Por qué en este momento para Maduro es más fácil reunirse con actores de la sociedad civil que retomar el diálogo en México con la oposición democrática?

– Hablando de la idea de la facilidad o no de reunirse con la Plataforma Unitaria en México o con estos señores en Caracas. ¿Hay realmente una política unitaria en la agenda de la oposición venezolana?, ¿Hoy están los factores del G4 en una suerte de descalabramiento propio? Ahí tenemos divisiones y crisis en Voluntad Popular, un debate soterrado en Primero Justicia, un congreso ideológico en Un Nuevo Tiempo y las relaciones entre Acción Democrática y sus divisiones, problemática porque implica el reconocimiento o no de una acción coercitiva, represiva del Estado, pero entonces los partidos están distraídos en eso. ¿Hay diálogos permanentes?. Lo que transpira en los corrillos del poder, en los chats del WhatsApp, es que no es así (…)  ese es un canal que está básicamente muerto. Muerto no porque las negociaciones de México estén muertas. Allí hay oportunidades de crecer y la carta de los 25 pide que se reactive. Muerto porque un actor fundamental que es la Plataforma Unitaria no está actuando.

Aveledo aseguró que Maduro ha cambiado y que no está haciendo lo mismo que hace tres o cinco años. Pero negó que esto tenga algo que ver con la democratización del país: lo hace por su permanencia. Además, dijo no estar seguro de que la intención de la carta y las reuniones con Maduro sea instaurar una especie de «convivencia».

«El debate es si tienes reglas internas y si avanzas en esas reglas para el cambio o si simplemente se espera y estamos todos a merced del status quo sin cambiar nada. Ese es realmente el debate. ¿La convivencia con el presidente Maduro es ahora un tema contencioso? ¿Hay reuniones, hay alzamiento, hay disidencia activa? No. No las hay, entonces no me pueden decir que es una suerte de puñalada por la espalda a los actores al frente de lucha. No, no lo es. Si queremos una sociedad pluralista tenemos que admitir que hay intereses diversos y que no siempre van a coincidir con los que tenga uno mismo, entonces los empresarios están defendiendo la propiedad que le fue expropiada, están defendiendo la necesidad de nuevas reglas económicas, están defendiendo la necesidad de un nuevo ambiente económico. ¿Por qué culparlos de que actúen como deben actuar? Los empresarios ni la sociedad civil no pueden hacerle el trabajo a los políticos y los políticos no pueden claudicar su propia responsabilidad».

Descartó finalmente que la carta a Biden pueda generar alguna reacción en la administración estadounidense.

«Es difícil por cuanto la política norteamericana no se maneja por medio de cartas públicas, por remitidos. Los remitidos son más hacia la audiencia para explicar alguna línea política y para orientar a la opinión pública que propiamente hacia los involucrados. Obviamente el modo en que lo hacen los actores políticos, incluso los que están aquí involucrados, es por medio del cabildeo». Sin embargo, destacó que hay mucho más que sanciones en el documento: obviamente están insatisfechos con el statu quo, están insatisfechos con las circunstancias que ha generado las sanciones, pero también hay una insatisfacción que va hacia el Estado.

Ilustración: Riki Blanco.

22/04/2022:

https://www.noticierodigital.com/2022/04/tell-aveledo-dialogo-de-mexico-esta-muerto-porque-la-plataforma-unitaria-no-esta-actuando/

"LA CARTA" AL PRESIDENTE BIDEN

José Antonio Gil Yepes  

“La Carta” que dirigimos al presidente Biden solicita un cambio de estrategia en el uso de las sanciones económicas en contra del gobierno del presidente Maduro. Dicho cambio se venía perfilando al cambiar el gobierno de Estados Unidos. Para Trump, las sanciones eran, “supuestamente”, para “cambiar el gobierno”; mientras que para Biden, dichas sanciones serían un instrumento para negociar cambios en las políticas del chavismo.

Aunque para algunos opositores la versión de Trump es la correcta, a muchos analistas nos pareció que Trump utilizaba una postura dura para congraciarse con los votantes de Florida en su competencia con Hillary Clinton, pero que no tuvo una sincera intención de utilizar las sanciones ni fuerza alguna para cambiar al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, cabe notar que muchos de los firmantes (analistas y empresarios y sindicalistas), ya nos habíamos preguntado, tiempo antes de que llegara Biden a la Presidencia, “¿para qué servían esas sanciones?”. Es más, algunos habíamos investigado el potencial de las sanciones económicas en cambiar gobiernos y encontramos que, de unos 180 casos de países sancionados por las potencias (Rusia, China, Estados Unidos, Alemania, etc.) en los últimos 100 años, solo 7 gobiernos habían cambiado por esa presión: ¡Un magro 4% de éxito!  De allí que los gobiernos sancionados más conspicuos siguen todos allí.

“La Carta” no plantea que se suspendan todas las sanciones porque, al eliminarlas, el gobierno de Nicolás Maduro no tendría incentivos para cambiar sus políticas. Se trata de una negociación incremental, progresiva y sin enamoramiento alguno: “Tú me das, yo te doy”. Pero si “tú me vuelves a quitar, yo también te vuelvo a quitar”.

En todo esto, cabe destacar que estamos hablando exclusivamente de sanciones económicas, financieras, comerciales. “La Carta” no se inmiscuye en sanciones personales. Aunque, para mí, es obvio que las políticas chavistas dañaron más nuestra economía que las sanciones, “la Carta” no toca ese punto.

En cuanto a las críticas a “la Carta”, llama la atención que casi nadie dijo algo en contra de incrementar las inversiones occidentales para exportar más petróleo, a pesar de que, para ello, es necesario flexibilizar sanciones y a pesar de que el gran beneficiario de esta negociación sería el gobierno de Maduro. Puede ser que, al no decir nada, estuviesen pensando que nos interesa que los países occidentales recuperen el espacio geopolítico que perdieron, por sancionar a Venezuela,  ante sus competidores geopolíticos acérrimos: China, Rusia, Turquía e Irán. La contradicción está en que ahora, que “la Carta” plantea extender ese mismo enfoque a otros sectores, surja un revuelo en contra.

Por último, cabe destacar que todos tenemos derecho a opinar como consideremos conveniente. De eso se trata la democracia. Pero el opinar necesita enfocarse en el problema, sin aludir a las características de las personas que opinan. Y esto tiene dos planos. En el plano socio psicológico, las encuestas indican que la mayoría de los que vivimos en Venezuela vemos en la “negociación” la primera herramienta para resolver los problemas del país. En cambio, la mayoría de los venezolanos que viven fuera y opinan tienden a tener posiciones más confrontacionales. La experiencia de vivir dentro o fuera del país crea dos psicosociologías diferentes y es comprensible que quienes viven fuera se sientan más distantes del gobierno de Maduro, bien por sus políticas que nos arruinaron y forzaron a migrar; o, peor, se trata de perseguidos políticos que tuvieron que huir. Comprender esto es respetar al que piensa diferente. En cambio, quienes vivimos aquí, a pesar de las críticas que hemos mantenido sobre la mala gestión de gobierno, necesitamos partir del supuesto de que tenemos que entendernos y convivir con el que no es igual a nosotros. Esta postura también hay que entenderla y respetarla.

Pero, lo que todo texto de negociación proscribe como inaceptable es el referirse a rasgos personales como argumento para hacer valer intereses. Se debe ser duro con el problema, pero blando con las personas. Si el argumento para “demostrar” que la flexibilización de las sanciones a cambio de concesiones en las políticas del gobierno es inconveniente pasa por llamar “amorales”, “incompetentes” o “vendidos” a los que hacen la propuesta, allí no queda diálogo posible… sino el silencio. De la misma manera, quienes proponemos dicha flexibilización no podemos argumentar que quienes se oponen lo hacen porque “como no se ponen de acuerdo ni logran recuperar el apoyo popular, buscan que los países extranjeros, mediante las sanciones, les hagan el trabajo de cambiar el gobierno”.

Estos juicios, fundados o no, duelen tanto que nos bloquean psicológica y socialmente contra el diagnóstico y las soluciones que toda sociedad democrática debe buscar incorporando a todos sus miembros; no excluyéndolos. Por lo pronto, “la Carta” destrancó el juego en congruencia con el 75,4% de nuestros habitantes que apoya la flexibilización de las sanciones.

Ilustración: Burnt Toast.

22/04/2022:

https://www.elnacional.com/opinion/la-carta-al-presidente-biden/

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