(RE)ALINEACIÓN DE MALETAS
Luis Barragán
Parece que
todavía no asimilamos políticamente el fenómeno de la diáspora, por masiva que
fuere, además, apegados a una amable denominación que evita ciertas precisiones
técnicas para facilitar determinadas realidades migratorias. La creímos una circunstancia muy efímera,
sobre todo en la etapa interinaria y sus distintos trámites, pero ya y tan cadenciosamente
nos percatamos que el simple reemplazo del régimen que nos aqueja, no será
suficiente para generar confianza en la
ruptura y transición, o viceversa, estimulando el regreso a casa de nuestros hermanos.
El venezolano
promedio que ha incursionado en los vastos territorios del extranjero, ha
convertido el trabajo responsable y honesto en su mejor credencial, dando el
testimonio del quiebre necesario con la mentalidad rentista que legitimó esta
experiencia socialista. Incluso, sabe
que la prole no tendrá las facilidades académicas que Venezuela le concedió a
propios y extraños muy antes, por ejemplo, laborando por más de diez horas
diarias con una creatividad y tenacidad admirable, profundamente indispuesto a
una consideración banal de nuestros problemas, aunque obra reciamente el
prejuicio antipartidista que heredamos de las antiguas dictaduras.
Lo que va
quedando acá de opinión pública, gracias a la (auto)censura y el bloqueo
informativo, como lo poco que va generando allá, entre los coterráneos del
exterior, privilegia la crónica policial, quizá reminiscente de las otrora
páginas rojas de la prensa escrita, dibujándonos como feroces victimarios al
sur del continente que contrasta con la muerte por ahogo, incineración y
arrollamiento de los nuestros hacia el norte.
Algunas noticias llegan de las élites del exilio que residen en
importantes capitales, dos o tres, en el mundo, en torno a aquellos que
deshicieron las maletas por una larguísima temporada, olvidando la suerte de
los más desesperados.
Compleja,
demasiado compleja la agenda presente y futura de los nuestros allende las
fronteras que ameritan de una novedosa y decidida valoración política y la más
adecuada, como prudente, orientación de los partidos de comprobada vocación
democrática. Importante la
sensibilización y el sufragio efectivo para las venideras primarias, y no menos
lo es la neutralización de los agentes oficialistas que seguramente cumplirán
objetivos de confusión y desaliento, u otros muy específicos, porque la dictadura
que se afinca sobre Venezuela tiene una vocación y conexión transnacional.
Los nuestros tardarán en rehacer las maletas, aunque debemos alinearlas para asegurar el previsible desarrollo institucional de unas relaciones con el país que, una vez reconquistadas las libertades públicas, se traduzca en un ministerio sin cartera para atenderlos de un modo real y práctico, o conferirles la correspondiente representación parlamentaria de acuerdo a una determinada tendencia universal. Por lo pronto, absolutamente decapitado el servicio exterior venezolano, muchos de nuestros compatriotas están llamados al futuro desempeño de responsabilidades diplomáticas y consulares que serán, o deben ser, convincentemente de Estado.
Fotografías: LB (Los Chaguaramos, 05/2023).
30/05/2023:
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