CARLOS CANACHE MATA
Luis Barragán
Principiando
los ochenta del veinte, la primera vez que lo vimos en persona fue para
protestarlo. Había remitido los recaudos
parlamentarios del sonado caso Sierra Nevada al Ministerio Público para que se
pronunciara, como en efecto lo hizo, favoreciendo a Carlos Andrés Pérez, para
indignación de un grupo pequeño y muy
espontáneo de jóvenes socialcristianos apostados en los alrededores del
Capitolio Federal. Empero, nada casual, desde mucho tiempo atrás, recortábamos
y guardábamos sus artículos para El Nacional, pareciéndonos también un hueso
difícil de roer al destacar entre los oradores de una cámara altamente
competitiva, según lo apreciábamos de vez en cuando desde el palco del
hemiciclo de diputados.
Exponente de
una constante inquietud ideológica y programática, lo indagamos en el curso de
nuestra afición por la vieja prensa. Y es que sobre Carlos Canache Mata pesaba
una mala fama, todo un fardo propagandístico generado por la violenta izquierda
marxista que lo acusó de … violento, nada más y nada menos.
Al joven
secretario de gobierno del estado Anzoátegui se le ocurrió defender al … gobierno
y, empuñando un arma de fuego, circuló una fotografía que ayudó a estereotiparlo
sin escrúpulo alguno, aunque cualquier crítica al respecto la asociaban
inmediatamente al mero afán anticomunista.
Valga recalcar, lo satanizaron quienes incurrieron en las constantes
prácticas terroristas con la ayuda sistemática de Fidel Castro, propiciaron el
tristemente célebre Barcelonazo, y se refugiaron en las universidades públicas
so pretexto de la cacareada autonomía.
Lo escuchamos
cercana y atentamente a mediados de la primera década de este siglo, en un
lugar muy atípico: la sede del club del Caracas Country. Alguien nos invitó a la charla que dio sobre
los consabidos hechos de 1945, junto a Marco Tulio Bruni Celli, lo cual
significó un posterior y largo café informal para intercambiar impresiones.
Coincidimos
como panelistas en un par de foros con motivo de las actividades centenarias de
Rafael Caldera, por 2016, y, sumado a
otros encuentros circunstanciales, tuvimos ocasión de conversar a solas,
añadido Octavio Lepage en una oportunidad, ya delicado de salud. Por
supuestísimo que los interrogábamos
prudentemente sobre esto y aquello, al igual que lo hacían acuciosamente
en torno al desempeño de la Asamblea Nacional.
Nos dieron su
versión muy convincente sobre lo ocurrido con Jorge Rodríguez a mediados de los
años setenta que, desde el liceo en el que cursábamos, a pesar de la
confrontación con la ultraizquierda, nos sensibilizó, e, inevitable,
protestamos con vehemencia como jotarrecistas.
Apuntemos, a la ultra no le gustaba mucho nuestro gesto deseándose como
protagonista exclusiva de los sucesos.
Siempre
recibimos gustosos los artículos de Carlos Canache Mata en nuestro correo, por
estos años. Además, apreciábamos un ritmo y estilo semejante a los más remotos
que se integraban a la difícil cotidianidad de la lucha de una violenta década
en la que se sacaba fuerzas para meditar y escribir.
Compárese este
régimen y sus beneficiarios directos de cualesquiera niveles y raleas, con el
más viejo y severamente amenazado, sumados sus defensores para sacar adelante
el proyecto democrático-representativo.
Y es que, con todos sus errores y defectos, el testimonio de vida personal de una dirigencia ampliamente
conocida e influyente, constituye un magnífico documento histórico.
Le rendimos un
modesto tributo al inteligente y probado político y, faltando poco, de una vida
extraordinariamente austera, como Carlos Canache Mata, quien llegaba como podía
al instituto de previsión del parlamentario en la esquina de Pajaritos, y se devolvía con Lepage caminando hacia la
avenida Urdaneta, sin temores, a objeto de tomar un taxi: el par de ancianos
respondía cordialmente el saludo de la
gente que los reconocía, y seguramente
alguien constituyó la excepción al gritarles algo desagradable a la distancia,
pero había mucho más demostraciones de cariño
y respeto a quienes los descubrían caminando por el centro histórico
caraqueño. Insistimos, sorprendería a un
muchacho de estos días saber de las condiciones de vida tan modesta de un
liderazgo político éticamente superior de compararlo con el que literalmente ha
gozado del poder en estas dos décadas y tantas.
Gráfica: CCM, Resumen (Caracas, 1975).
03/09/2023:
https://www.lapatilla.com/2023/09/03/carlos-canache-mata-por-luis-barragan/
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