"El cristiano va como nadie a la raíz del mal que es el egoísmo del hombre, sólo sanable por la gracia de Cristo; pero desde esa raíz tiene que acudir a todas las plasmaciones del pecado que son las injusticias que se multiplican entre nosotros. El problema de las injusticias no se soluciona sino cambiando el corazón del hombre; pero este cambio tiene que llegar a todas las consecuencias sociales. Y un día, participando de la resurrección de Cristo mediante la gloria, venceremos definitivamente el sufrimiento y el poder de la muerte, que será el último enemigo en ser vencido"
José Antonio Sayés
("La gracia de Cristo", Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1993: 114)
Ilustración: Rembrandt, Cristo en la tormenta sobre el lago de Galilea.
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