LA ECONOMÍA NOBELADA
Luis Barragán
Tienen razón
aquellos que critican los comentarios suscitados por los ganadores del
ajenísimo premio Nobel de reciente anuncio, ya que, por decir lo menos, estamos
atascados en la consabida crisis política que es de sojuzgamiento. Y con no
menos razón observan los otros, las dimensiones de esta crisis que nos aísla
tanto que nos hace sentir ajenos a la propia existencia humana; vale decir, relegándonos
a la barbarie.
Algo más que
una perogrullada, la primera constatación es que hay premiaciones de una vieja
data y amplio prestigio en diferentes áreas del quehacer seguida por otra
corroboración: no se sospecha de algún venezolano que haya estado cercano a recibir
este año un galardón como el otorgado
por el jurado de Estocolmo. E, incluso, la concesión del Nobel podemos
cuestionarla total o parcialmente, pero está ahí, es noticia, como lo puede ser
y es que laureles concedidos por las más variadas instituciones de una bien
ganada reputación, sean motivo de orgulloso para todos los paisanos de la
persona agraciada.
Valga la nota
anómica, nos convertimos en una sociedad que no premia los méritos, o, lo que
es peor, acepta negociarlos. Excepto reconocimientos de una irrefutable
sobriedad y crédito, como los premios de la Fundación Polar en el campo
científico y tecnológico, los que otorga el Estado están ideológica y
políticamente condicionados.
Larga introducción
para un comentario sencillo, han sido insuficientes las referencias que se han
hecho en torno a la decisión de nobelar a los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson
en 2024. Muy pocas voces del patio, especializadas en una disciplina tan
exigente, comentan la trascendencia del hecho, aunque Andrea Rondón en las
redes lo hizo convincentemente, incluso, colocando en duda a la escuela
institucional que defienden los premiados, pues, alegó, promueven al Estado
como agente motor de la economía en lugar de la sociedad civil que puede hacer
de abajo hacia arriba.
Cierto, en
medio del marasmo venezolano es difícil pensar en el veredicto sueco, pero no
menos cierto es que la sola premiación
tiene un extraordinario empuje actualizador la hora de juzgar la situación
económica del país. Inexperto en la disciplina, por cierto, agradezco al amigo
Leandro Area el envío de la versión digital de “Por qué fracasan los países” de
Acemoglu y Robinson (2012).
20/10/2024:
https://www.lapatilla.com/2024/10/20/luis-barragan-la-economia-nobelada/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario