RAMENTOL, VECINO DE LA CALLE 30, 1099
Luis
Barragán
El
uno, extenuado, fue irremediablemente sustituido como candidato presidencial,
mientras que, el otro, excesivo según el hábito, copó los más disímiles
escenarios apuntalado por una vigorosa polémica. Corto el camino de Joe Biden a
Donald Trump, se extiende y entiende ahora inconmensurable en el sorteo de
cualquier vicisitud que pueda arrojarnos a un conflicto de consecuencias
impredecibles, faltándole al liderazgo occidental – acaso, por su
inconsistencia y también puerilidad - una interlocución más responsable, sobria
y confiable.
Por
estas latitudes, nos presumimos completamente ajenos a los riesgos y peligros
que únicamente comprometen a determinados y poderosos actores políticos, cuyas
franquicias – si nos permiten el término – cuentan con representación o alguna
representación en nuestro país. Creídos y engreídos por la lejanía de los
hipotéticos teatros de guerra, tendemos a apostar por las respuestas y soluciones
más simplistas en nombre de no sabemos cuáles garantías, como si la vida en
este lado del mundo habrá de transcurrir de mil maneras con la normalidad de siempre; ilusión
ésta, por cierto, heredada de la II Guerra Mundial, bajo la protección estadounidense,
pues, se diría, los submarinos alemanes sólo privilegiaron a los tanqueros realengos
y, todavía, asegurábamos, el petróleo de pronto agotamiento, no ejercía el peso que luego tuvo en la
economía del patio.
En
un mundo de perplejidades y ofuscaciones, es necesario pensarlo y pensarnos
imbuidos de todas sus posibilidades, aunque la procesión vaya por dentro: una
nación que expulsó a millones de sus hijos a los más apartados rincones del
planeta, debe recobrar – porque, sí, lo
tuvo en los dos siglos y medio precedentes – un sentido cabal de la
universalidad. El socialismo de la comuna, del vecindario, de la localidad, por una definición que no es otra que la del fallido proyecto de reforma constitucional
de 2007, pretende aislarnos, relegarnos y explicarnos en el territorio más
inmediato, el de la sobrevivencia y la parroquialidad, delegando en el reducido
elenco del poder central las decisiones fundamentales; y, concursando en esta
vorágine de desorientación planetaria, adscrito automáticamente a una superpotencia
franquiciadora de marcado sesgo anti-occidental, además, desde una extrañísima
perspectiva anti-imperialista que burla las tesis originales del mismísimo
camarada Lenin.
Composición gráfica: LB.
28/01/2025:
https://www.elnacional.com/opinion/ramentol-vecino-de-la-calle-30-1099/
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