lunes, 2 de junio de 2025

Fugasterio

¿A DÓNDE IREMOS A PARAR?

Luis Barragán

Entonces, ¿nos arrojarán a la Luna, esperando sentados que Stanley Kubrick venga del aún más allá para relatar nuestra odisea del siglo XXI? Los ta´baratistas de ayer no más, incluso, los hijos de la última y desperdiciada bonanza de esta centuria, se vieron forzados a la fuga política, los menos, social y económica, los más, que muy poco o casi nada tiene que ver con la existencia y condición de prófugos de la justicia. No obstante, condición asombrosa e inmerecidamente generalizada que consterna también a los ta´baratistas de acá, cada vez más relegados a un exilio interno, preocupa el todavía alto nivel de desorganización social de la diáspora venezolana.

Por supuesto, con las honrosas excepciones de siempre, tendemos a una cierta indolencia frente al mal ajeno, creyendo que jamás nos dará alcance. Específicamente, en Estados Unidos, ha sido la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), la que ha demandado y, además, recurrido a la Suprema Corte en el caso de las deportaciones de los venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses, añadido el último pronunciamiento en torno al llamado parole.

Comprensible, aunque injustificado (y, a la inversa, justificado e incomprensible), hay sectores dirigentes que allá guardan silencio en la materia, respecto a la suerte de los venezolanos que igualmente se vieron forzados a salir del país. Quizá no desean arriesgar o comprometer el propio estatus, pero – sentimos – es necesario que asuman una ineludible responsabilidad política de estructuración, organización y orientación de la paisanidad sumergida en una radical incertidumbre de su presente y futuro.

Por aquellos predios, algunos hablan de la inmortalidad del cangrejo y de sus reiteradas proezas, olvidando hacerlo con la suerte de miles de coterráneos que se fueron a Nueva York, en busca de unos centavos, siendo el norte una quimera, según el hit parade a lo Clemente Vargas Jr., de décadas remotas. Valga la falacia, entonces tutirimundachi es del Tren de Aragua, excepto los olvidadizos habladores.

Demostrado, la sentencia moral ocasiona un daño superior, expansivo e irreparable al lado de la efectivamente judicial necesaria de afrontar reconociendo que no debemos ingresar ilegalmente a otro país y, al mismo tiempo, impulsando iniciativas para una mínima institucionalización del esfuerzo de los venezolanos que claman por un urgido amparo humanitario. De lo contrario, iremos a parar al fugasterio selenita porque – simplemente – estorbamos.

Gráfica: Captura de pantalla del filme "2001: Una odisea del espacio" de Stanley Kubrick (1968). 

03/06/2025:

https://www.elnacional.com/opinion/literalmente-adonde-iremos-a-parar/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Acá y allá

LOS PRISIONEROS DE MÁS ALLÁ Luis Barragán Por supuesto, duelen los de más acá, pero – también -   han de doler los de más allá, pues, lo...