La razón y lo razonable en su más estricta dimensión, quizá
constituyen las más importantes conquistas del occidente ahora denostado. El
remedio de las enfermedades corporales y mentales, el orbitaje de los satélites
artificiales que interconectan los más apartados rincones del planeta, o la ingeniería
genética que multiplica la producción y la calidad de los alimentos, es fruto
prácticamente exclusivo pero incluyente de una civilización confiada a la
lógica y a sus crecientes exigencias.
Convengamos, es que tampoco en el oriente, o, mejor,
los varios orientes que existen, encontramos alternativas valederas frente a los
principios, valores y bienes políticos fundados en la libertad, la paz, la
justicia, la solidaridad. Imperfectos, por muy muy imperfectos que sean, el
denuesto ha cobrado demasiada fuerza y ha generado una terrible desconfianza,
llevándonos a situaciones extremadamente paradójicas: por ejemplo, el silencio
cómplice a sabiendas de las matanzas de cristianos en Nigeria, la defensa del
terrorismo islámico por cuenta de las comunidades de LGTBQ+ ahora vetadas en
Francia para propulsar una candidatura presidencial de izquierda o de lo que se
conoce por tal.
Precisamente, lo político, la política y los políticos
occidentales, con las excepciones que deshonran, no dependen únicamente de la
fuerza bruta y, a veces, ni siquiera de la más sutil, después de generar ese
algo llamado Estado en cualesquiera versiones. Las teocracias no lo requieren,
al menos, como una experiencia impersonal, institucional, reglada que pongan en
duda la naturaleza y el orden de sus jerarquías terrenales.
Todo esto viene a colación, porque – así lo sentimos –
la política misma ha perdido sentido como una experiencia de la sensatez y, a
favor del más burdo espectáculo, no requiere de inquietud y explicación, de
denuncia y debate, de cálculo y
estrategia, de táctica y coyuntura. Es el “como vaya viniendo, vamos viendo”
del nunca bien ponderado Eudomar Santos, sometida a la improvisación, al azar,
a la espera de un milagro aunque flaqueé y demasiado la fe.
Gráficas: LB, detalle pieza de Rafael Barrios (CCS, 2011) y refacción pieza en la Plaza Brión, Chacaíto (2023).
11/12/2025:
https://guayoyoenletras.net/2025/12/11/politica-y-lanzamiento-de-los-dardos/


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