CHACAO
Luis Barragán
Quizá el
alcalde (y su equipo), fruto del particularísimo 21-N próximo pasado, supuso
que la cosa quedaría en la estricta intimidad de la casa, bastando un
antialérgico y un acetominofen para prever cualquier desliz viral tras un ligero
dolor de cabeza. Cuestión de poco
tiempo, Neomar Lander quedaría reducido a un dato lejano, desvanecido en horas del mediodía digital, permitiéndole lidiar con los asuntos
administrativos de una inimaginable complejidad en el municipio que, muy antes,
fue presagio de una candidatura presidencial, la cual no descarta para sí, y, muy ahora, se ha integrado a esa suerte de
casino político que le permite al régimen rifar sus favores.
Caído en medio de las más encendidas
protestas suscitadas por el socialismo que ha confiscado la centuria, el
doloroso aniversario del mártir movilizó a un grupo de jóvenes que lo
tributaron, honrando las paredes manchadas de gris con su nombre. Apersonada la policía de Chacao para
detenerlos dizque por lacerar un mural artístico al que, simplemente, no le
dieron alcance, trastocados en vándalos,
prontamente fueron entregados a las autoridades nacionales y, en medio del
desasosiego, tardaron las injustas medidas cautelares, a lo sumo, por una falta
que desmentiría con facilidad un novel estudiante de derecho.
Diferenciándose de otras
experiencias afines, allende las fronteras, la usurpación ha promovido y promueve
individualidades, corrientes y fuerzas presuntamente alternas, e histriónicamente
opositoras, a las que les ha faltado suficiente maquillaje. Un municipio distinto,
pero referente de la ciudad capital, no podía ni puede ser la excepción, por lo
que el amargo incidente que involucró a los valientes muchachos que claman por
libertad, dejó notariado un hecho político que antes fue conjetura, pálpito e
indicio: cuales prisioneros de guerra, la alcaldía los entregó como trofeo y
como contraprestación.
Creyendo indiferente a todo el país
que se extiende al sexto continente de nuestros desplazados y refugiados, la
entrega fungió como una demostración de lealtad del socio confiable que es o
puede ser, respecto al poder central del que espera una cabal comprensión y
cooperación. Valga acotar, en algo comprensivo y cooperador con el tímido municipio
que amenazó con desmembrar del estado Miranda, dócil con las directrices superiores en la
infinita cuarentena de la separación de poderes y, negada la protesta en la
jurisdicción, presumido acreedor de todo reconocimiento.
Lo peor es que la representación del
consabido partido presupuestario, deriva infortunada de otro que sepamos, no lo
ha tocado siquiera con el pétalo de una rosa pintada de azul, todo un motivo, ha mentido a la opinión
pública – acaso – confiado en los
ciudadanos que ya no serán jamás veraces, gracias al califato petrolero que
absolutamente todo lo relativiza, conforme a sus más inmediatos intereses. Los
reputó de vándalos, siguiendo la conseja del oficialismo que garabateó incansablemente
cualquier rincón e intersticio de la
ciudad capital, demandando la libertad de Alex Saab a los muy lejanos jueces
que deben consultar un atlas para precisar mejor dónde quedamos, sin lograr la
más modesta y espontánea movilización de sus partidarios en casa.
Y, peor aún, consumada la entrega,
intentó desplegar una maniobra táctica que, de consumarse, hubiese sorprendido a Sun Tzu, obligado Lawrence
Freedman a actualizar su historia militar, exigiéndole al poder central nada
más y nada menos que la liberación de los muchachos. Siendo tan desenfadada la imaginación, no es difícil sugerir una llamada alegando el error y la
inconveniencia política de las aprehensiones, luciendo obvia la respuesta de
acuerdo al lenguaje forense en boga: “indevolvibles”. Contestes con las reglas de un buen timbre
maquiavélico, las coincidencias no se decretan y las alianzas saben mucho más
de las cláusulas implícitas que de las
expresas en el desarrollo de un juego que reclama intuición y habilidad,
probándose hecho por hecho, y convalidándose circunstancia por circunstancia; y si un actor no sirve al poder que le brinda
el escenario, simplemente prueba con
otro: más aun tratándose de un régimen y de
una lógica de funcionamiento que no pasa precisamente por el meridiano
de los principios y valores expresamente constitucionales.
La municipalidad que pretende los
cambios de zonificación para anticiparse al poder central en el afán de
implementar a su leal saber y entender el modelo chino, la que desoye las
continuas denuncias sobre la tala de árboles, o la que ha bañado el paisaje urbano de un gris de mal
agüero, se sintió ofendida con el
recuerdo de Neomar Lander que notablemente cultiva la mayoría de sus
ciudadanos. Llegará el día de unos comicios libérrimos que sinceren el
liderazgo de una localidad que no podía ser ni es, la excepción del drama que aqueja al país.
Gráficas: Tomadas de las redes sociales.
Ilustración: Ana Black (Facebook).
Referencia: https://twitter.com/gestionperfecta/status/1534540915808796673
14/06/2022:
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