DE UNA COALICIÓN INTERNACIONAL A FAVOR DE PUTIN
Luis Barragán
Atribuyen a Vladimir Solovyov, conductor de un programa de
opinión de la televisora estatal rusa, la propuesta de una coalición
internacional para detener la contraofensiva ucraniana, conformada por Siria,
Irán, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Luce evidente el
incumplimiento de los inmediatos objetivos políticos y militares que trazó
Putin para semejante invasión que, al parecer, internamente complica su
supervivencia en el poder cada día más.
Igualmente, fuentes internacionales
reseñan la incursión del oligarca (SIC) Yevgueni Prigozhin, líder del llamado
Grupo Wagner (ejército ruso de mercenarios), en una cárcel de Mordovia, como en
otras en las que intenta reclutar a presos comunes para que combatan en
Ucrania. En este lado del mundo, por lo menos, asombra el reconocimiento de una
empresa dedicada a hacer la guerra como actividad lucrativa, así como la
captación de la delincuencia para luchar allende las fronteras, aunque – acá - sabemos
del empleo de reclusos que disfrazaron de agentes policiales o de guardias
nacionales para reprimir la protesta ciudadana contra el régimen
chavo-madurista.
Lo cierto es que ya se filtra la
desesperación en torno a la Rusia que no
logró aplastar rápidamente a los ucranianos, desencantando a sus admiradores.
Y, si bien es cierto que hay elementos propios de la propaganda de guerra que
dan versiones interesadas, no menos lo es que una derrota militar de Rusia y la
misma caída de Putin, como una de sus consecuencias, también las tendrá en los
países que apoyaron sin esguinces la invasión, por mucha que haya sido o sea la distancia geográfica y la cercanía retórica.
Apoyo político que no tuvo otra
materialización militar que la inclusión de los rusos en los ejercicios
militares realizados hace poco por Venezuela y Nicaragua, en tiempos y
circunstancias diferentes, en nuestro hemisferio, pero que moralmente ya se les
emplaza en demanda de una específica y contundente demostración de lealtad que puede
reforzar, acabándolos, las debilidades
económicas que ya caracterizan a ambos países, siendo innecesario hacer la más
obvia consideración política del caso. Ni siquiera Cuba está en condiciones
para exportar a sus soldados, como en los tiempos de la guerra de Angola, pues,
en lugar de liberar la presión intenta, como lo ensayaron los Castro en su
momento, aumentará terriblemente para el grupo Díaz-Canel.
Acaso, una humorada con mucho de
verdad, el Tren de Aragua parece más apto para ir a pelear a Ucrania, aunque el
riesgo es que sus soldados roben a propios y extraños, estableciendo una
sucursal con la que más adelante tendrá que lidiar y competir, por ejemplo, el
mismo Prigozhin. Apartando a la Fuerza Armada Nacional que no está en
condiciones para garantizar la integridad territorial venezolana, tampoco los
consabidos colectivos armados librarían una lucha extracontinental de tamaño calibre,
pues, tienen sólo por hábito entrenamiento
constante el de agredir a ciudadanos pacíficos y desarmados.
Mosaico de Daria
Marchenko, Moscú, contra la guerra, hecho con casquillos de bala.
Referencias:
Gabriela Moreno
(15/09/22) “Plantean en Rusia coalición con Cuba, Venezuela y Nicaragua para
frenar avance de Ucrania”, en: https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/09/15/plantean-en-rusia-coalicion-con-cuba-venezuela-y-nicaragua-para-frenar-avance-de-ucrania/.
Panampost.
Marina Meseguer (16/09/22) “El líder del Grupo Wagner de mercenarios recluta a presos para luchar en ucrania”. La Vanguardia, Madrid
18/09/2022:
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