DEGRADACIÓN MILITAR EN TIEMPOS DE DICTADURA
Angel Alberto Bellorin
En el libro: titulado «Marcos Pérez Jiménez: el Último Dictador», escrito por Carlos Alarico Gómez y publicado en el año 2007 por los libros de “El Nacional”, se puede leer un párrafo de mucho interés y pertinencia para aquellos que observamos como un “deja vu” hechos pasados que poco son valorados en su justa dimensión.
Aunque guardando las enormes diferencias éticas de los personajes involucrados, la naturaleza de los gobiernos y de la forma como se desarrollaron los hechos, me permito traer a consideración del lector otra historia sobre las degradación militar ahora más cercana que la del caso Dreyfus señalado en mi anterior escrito.
Luego de la verdadera insurrección militar ocurrida en Venezuela inmediatamente previa al 23 de Enero de 1958,( la del 1º de Enero de 1958) puertas adentro de la Fuerza Armada de la época, ocurrían olvidados hechos que son pertinentes recordar en una fecha como la de hoy llena de mitos y dónde observamos nuevamente la degradación como noticia.
Al respecto, de la obra antes citado nos señala el historiador Alarico Gómez la siguiente ” anécdota”. Cito
“El domingo 5 el Presidente ( se refiere a Pérez Jiménez) ordenó la detención de una gran cantidad de oficiales y anunció el completo control de la situación anómala que se había vivido en esos últimos días. Parecía no haber paz.
El lunes 6 en la mañana el Presidente dicta la Resolución Nº 3, en la que crea un Consejo de Investigación que debía proceder a establecer las responsabilidades de los sucesos ocurridos el primero de enero.
Es obvio que por la mente de Pérez Jiménez nunca pasó la idea de la pacificación y reunificación de las Fuerzas Armadas y eso fue precisamente lo que le hizo perder el liderazgo que mantenía desde 1944.
De acuerdo a lo establecido en los artículos 314 y 315 de la Ley Orgánica del Ejército y de la Armada se designan al coronel Rafael Esteva, teniente coronel Leopoldo Aponte García, mayor Joaquín Silveira, capitán Numa Cárdenas y teniente Carlos Canelones para integrar el referido Consejo.
Ese mismo día los miembros de ese Tribunal ad hoc reciben un largo memo del general Rómulo Fernández en el que se incluye la primera lista de los oficiales detenidos que deben ser sometidos a juicio, señalándose a 116 oficiales de diferentes graduaciones, distribuidos así: 1 coronel, 6 comandantes, 20 mayores, 24 capitanes, 41 tenientes y 24 subtenientes. La situación es sumamente preocupante. El malestar de las Fuerzas Armadas es creciente.
Ese mismo día 1O en la mañana, Pérez Jiménez dispuso una ceremonia en el patio del Regimiento de Guardia de Honor para degradar a los líderes militares del abortado golpe. Los oficiales Hugo Trejo, Gilmond Báez, Sucre, Pérez Méndez, Testamarck, Zuloaga, Fajardo Lobato, Gustavo Bassalo, Tineo Arismendi, Trujillo Echeverría, Hely Mendoza y Peña fueron formados frente al batallón, mientras que un oficial leía la Orden General, de acuerdo a lo establecido en el artículo 272 de la Ley militar. Los reos fueron condenados a retiro infamante, pérdida de todos los grados militares y demás prerrogativas (jubilación, servicio médico, etc.). Al terminar la lectura de la sentencia, se procedió a la degradación y se ordenó el Toque de Oración.
Todas estas medidas causaban consternación en el seno de la familia armada. En lugar de buscar medios de conciliación, las decisiones que tomaba el Gobierno enrarecían más el clima interno, ya de por sí extremadamente peligroso.”. Fin de la cita
Lo demás es Historia y ya sabemos lo que pasó con el General Marcos Pérez Jiménez.
Gráfica: Tomada dela red.
24/01/2024:
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