DEL TRINAR DE UNA DËCADA
Luis Barragán
Los años
sesenta del veinte venezolano, parecen y solo parecen circunscribirse a la
insurgencia castrista. E, incluso, por entonces, fracasada, dio pie a un
superlativo mito de izquierda, el de aquella que realmente dilapidó enormes
recursos políticos y simbólicos, más tarde condicionada por las bonanzas
petroleras, como poder cultural, al fin y al cabo; y a otro de una derecha
enteramente satanizada que, por ironía, en buena o muy buena medida, es
necesario estudiar el fenómeno, sobrevive y también explica el socialismo de la
presente centuria.
La década en
cuestión, entre nosotros, apenas, ahora, comienza a recuperar la identidad que
le concedió una riqueza extraordinaria de hechos y circunstancias, inquietudes
y rebeliones, perspectivas y pareceres, escenarios y actores, esperando por el
interés de historiadores y sociólogos. Nada casual, la industria televisiva
estaba encaminada a convertirse en un referente de poder, como ya lo era la
radial, con figuras de una extendida fama que, por cierto, excepto las muy
posteriores tentaciones, se sabían de un ámbito particularmente diferente al
medio político.
Anteriores a
Berkeley y Nanterre, la universidad latioamericana y, particularmente, venezolana,
había sentado sobrada cátedra de esfuerzos por la libertad y la liberación;
creemos, el tiempo se ha encargado de reducir a un alboroto los sucesos de mayo
de 1968. Empero, la era de la protesta industrializada, la de los países de
bienestares y elevadas condiciones de vida, tuvo en Venezuela una importante
expresión (contra)cultural.
Ignoramos si
alguna vez, un partido consolidado o emergente le ofreciera a Trino la
candidatura a una curul parlamentaria o edilicia, dispuesto a aceptarla, publicitara a un aspirante presidencial, pero
lo cierto es que no confundió su vocación, talento y oficio artístico con el
partidista, por contestatario que fuese. Algo muy distinto es que simpatizara
ideológica y políticamente, como al final de su vida ocurrió, a lo que tenía
perfecto derecho, lo cual no le quita de ningún modo sus méritos como una
persona del espectáculo.
Lentamente, la década de los sesenta, múltiple y vigorosa, se va esfumando. En cuestión de semanas, se nos fueron Rudy Hernández, Gerry Weill y, ahora, Trino, expresiones cabales de la cultura venezolana anterior a las bonanzas dinerarias; incluyamos a un líder político de izquierda del calibre, valor y honestidad de Héctor Pérez Marcano, quien denunció el presente socialismo como una experiencia completamente ajena al que soñó desde joven.
Composición gráfica: Iván Méndez.
16/12/2024:
https://www.opinionynoticias.com/opinioncultura/42249-del-trinar-de-una-decada
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