DISFRAZADOS DE SÍ MISMOS
Luis Barragán
¿Cuán
distintas las circunstancias y condiciones electorales que hicieron posible el
triunfo irrepetible, limpio y
transparente de Chávez Frías para cerrar el siglo? Acumulada una importante
experiencia histórica, desenfundamos toda nuestra mejor buena fe para enmendar
el propósito y acertar en la celebración de los más convincentes eventos
comiciales, comenzando por los altos niveles del Estado para sanear con el
ejemplo los más modestos de una sociedad civil que recuperaba o dijo recuperar
sus espacios naturales.
Digamos que no
hubo necesidad de crear un órgano más e independiente del Poder Público para
garantizar la más absoluta probidad electoral, como tampoco ocurrió con otro
para procesar judicialmente a un mandatario o presidente de la República en
funciones que, faltando poco, renunciara y se quedara en el país, como en
efecto ocurrió. Cursaba la era perfectible de la descentralización reabriendo
las puertas del multipartidismo en la búsqueda ordenada y sensata de las nuevas
definiciones que tuviesen un real alcance histórico, a pesar de los diferentes
calibres de la antipolítica que encubrió el rentismo sociológico y de
sedimentación militarista que no logró ni logrará detener el descenso del
económico y del más exactamente petrolero.
Semejante a lo
sucedido con la sala correspondiente del TSJ que completa el circuito de un
extraordinario blindaje político, juraron la radical imparcialidad de los
nominados y, luego, integrantes del CNE, privilegiado el camino de la omisión
legislativa, estuvieron aparentemente libres de toda sospecha porque nunca antes fueron funcionarios
del régimen. Cumplida la tarea, pronto destaparon su verdadera militancia para
ocupar las otras y más elevadas funciones públicas, nada ruborizados,
traicionando aquella imagen de ciudadanos impolutos que mantenían a raya a los
ocupantes de Miraflores.
Luego, en el
CNE se disfrazan de sí mismos, acaso,
como las viejas casetas telefónicas de la ciudad capital que exponen un paisaje
de sedicente ruindad. A pesar del
pintoreteo de los artistas urbanos, espontáneos o tarifados, la ciudadanía sabe
de la chatarra que sigue siendo mona aún por las varias capas de seda que
tengan.
Referencias: Orlando Contreras Pulido, El Globo, Caracas, 15 y 29/06/1997.
Fotografías: LB, La Candelaria (CCS, 01/09/2023).
05/09/2023:
https://www.elnacional.com/opinion/disfrazados-de-si-mismos/
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