LA DEPORTACIÓN DE LOS VENEZOLANOS
Luis Barragán
Dolorosa
experiencia para los venezolanos que huyen del régimen que los ha castigado por
más de veinte años, las llamadas deportaciones silenciosas desde Estados Unidos
pegan en nuestra alma. Vuelven a terceros países donde tuvieron un mínimo
estatus legal, como Colombia o República Dominicana, contradicho Biden consigo
mismo, porque criticó a Trump por
medidas similares, empleando un medio rápido como el título 42, según refieren,
aplicable en tiempos de pandemia.
El problema tiene una triple
dimensión: la obviamente humana, porque versamos sobre una situación demasiado
injusta para las familias que jamás
desearon abandonar a un país que destacó tanto por recibir y asimilar a grandes
oleadas de inmigrantes; la criminal, expuestas a las prácticas tan traumáticas
del crimen organizado para el cruce ilegal de las fronteras, principalmente en
la región sur-oeste; y la que tendría que ver inexorablemente con una política
de Estado. Dimensión ésta, también llamativa por la escasa reacción y atención
que a nuestro juicio todavía se evidencia en Venezuela, privilegiado sólo el
enfoque moralista y sentimental aún en la dirigencia política.
Puede aseverarse, es necesario que
el dirigente político tenga una extraordinaria sensibilidad ante el drama de
nuestros paisanos, pero debemos esperar que haga una consideración precisamente
política sobre un asunto tan delicado. Considerado todo opositor o disidente,
como enemigo interno, el régimen ha propiciado humana, política, social y
económicamente la expulsión de más de siete millones de coterráneos, incluso,
allende los mares: ahora, el gobierno estadounidense considera a la migración
ilegal venezolana, aplicando una norma referida al Covid-19, como una amenaza a
la seguridad nacional.
Amenaza que no es militar, tomando
otros rumbos, nos coloca en el marco de la llamada securitización, de acuerdo a
la versión oficial. El enfoque, surgido a finales del siglo pasado, dependiente
del tratamiento de la opinión pública proclive a la estigmatización del
migrante, toma por mejor y paradójico ejemplo lo que acontece en la frontera de
Estados Unidos y México, maltratado éste tanto como maltrata al resto de los
migrantes centroamericanos. No obstante, las circunstancias son harto
diferentes respecto a Venezuela.
Nos corresponde a todos los
venezolanos, solidarizarnos con nuestros hermanos; a los periodistas,
reportarnos la noticia; al novelista o poeta, transmitirnos un retrato fiel y
creador de nuestros dramas, pero a los políticos – ciertamente – localizar en su
justa dimensión el planteamiento: la migración ilegal no constituye una amenaza
a la seguridad de Estados Unidos y el hemisferio, sino el régimen que le ha
dado origen. Mal puede incurrir el gran país del norte y el resto del
continente, en una práctica securativa que violenta los derechos humanos y no
expresa una adecuada política migratoria para quienes se desean en una patria
libre, la que aman muchísimo, definitivamente libre y liberada: Venezuela.
Fotografía: "Trump suspende por 18 meses las deportaciones de venezolanos", https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55729206
06/02/2022:
https://www.lapatilla.com/2022/02/06/luis-barragan-la-deportacion-de-los-venezolanos/
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