ELECCIONES
UNIVERSITARIAS
Luis Barragán
Culminando la
semana, la Universidad Central de Venezuela (UCV), celebrará sus consultas
rectorales y decanales, luego de década y tanto de sabotaje oficial. Advertido con suficiente tiempo, sobrevino el
derrumbe, pero, al menos, inevitables los comicios, se evidencia una importante
reserva moral para superarlo e intentar toda la recuperación que sea posible bajo un
régimen de comprobada vocación anti-universitaria.
Ciertamente,
las elecciones no llenan los extremos del artículo 109 constitucional, pero es
estratégicamente importante la conformación y actualización de una nueva fuerza
y alianza universitaria que avance en la clara e inequívoca reconquista de la
autonomía. E, igualmente, ha de ocurrir con el resto de las vapuleadas casas de
estudios del país, los gremios profesionales y sindicatos obreros.
Algunos no la
creen técnicamente allanada, porque el régimen no ha empleado directamente la
violencia para ello, reconocido los feroces y recurrentes ataques de sus
colectivos armados, mas luce demasiado
obvio que la ha ultrajado a través de mecanismos que explican muy bien una
naturaleza políticamente perversa. Esto, valga acotar, es suficiente para una adecuada
caracterización de las cosas.
Reabrió el
comedor universitario que ofrece sus servicios completamente gratis, sin que
nadie sepa por cuánto tiempo, por ejemplo.
Los recursos provienen del Ejecutivo Nacional que propone y dispone como
se le ocurre, en contexto de la masiva remodelación que a él y sólo a él le
compete, afianzando la capitis diminutio
de la institución académica.
Consabido,
negados sistemáticamente los recursos presupuestarios que le corresponde a la
universidad para sostener y cumplir con sus misiones fundamentales, por largos
años, el comedor bien ejemplifica la descarada e insostenible manipulación
populista del oficialismo. Éste, valga acotar, no tiene el coraje ni la gente suficiente
para lanzar candidaturas propias en estos y cualesquiera comicios, por lo que
cuenta con una minoría infiltrada en algunas fórmulas y también la expectativa
de doblarle las rodillas a las nuevas autoridades surgidas del sugragio
comunitario.
Creemos
profundamente inmoral que la burda remodelación de la UCV que un boletín de la
agencia EFE trata de restauración, conozca de la XVIII Bienal de Arquitectura
de Venecia. Ha de ser al revés al
ilustrar al mundo del cómo se destruye una obra considerada patrimonio cultural
de la humanidad que no tiene precisamente por origen la consabida pandemia,
demostrando cuán lejos llega la cuestión.
Cómo dudar de
la trascendencia de las votaciones en la casa invadida por las sombras,
mientras prosigue la burla del oficialismo.
Peor, con dimensiones internacionales.
Por ello,
independientemente de los resultados definitivos, parece imposible agotarlos
con el destierro de los perdedores en buena lid, consagrado el juego suma cero
en todos los ámbitos. Al contrario, los triunfadores de la universidad y sus
facultades, están llamados a seguir modelando esa nueva fuerza hasta
articularse en clara promesa de una alianza cívica extramuros.
Esperamos
buenas noticias de la encapotada casa de estudio, confiados en su definitiva
supervivencia. La UCV ha de aportar al
país el fundamental liderazgo ético que contribuya a superar el socialismo del
siglo XXI, quedando como una amarga lección para propios y extraños.
Muy acertiva y apropiada la reflexión
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