DE LOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
Luis Barragán
El régimen
tiene en su haber el destierro y estigmatización de más de siete millones de
venezolanos literalmente botados al mundo, como jamás pudo imaginarlo el
tristemente célebre mayamero del ta´barato, dame dos de tiempos
inmemoriales. Quienes quebraron a la otrora potencia petrolera del mundo, decidieron que sólo ellos, una ínfima
minoría, aunque armada, caben en el extenso territorio repartido entre los
terroristas que les sirven de soporte en el poder, apuntalando la fórmula a
expandir en el continente.
Hablamos de la Venezuela que fue
hogar seguro para una masiva y continua inmigración de varias décadas, añadido
el exilio estrictamente político de las incontables dictaduras del continente, incluso,
ejemplo para la reconstrucción democrática allende los mares. Paradójicamente,
ahora, con una emigración de todos los estratos sociales, sin precedentes históricos, que
eufemísticamente la llamamos diáspora, aunque técnicamente tratemos de desplazados deseosos de encontrar
refugio, y realmente de una insólita, paciente y descarnada expulsión de
familias enteras a las que castigan con los miles de kilómetros de distancia de
sus hogares.
Los periodistas de vocación y
riesgo, deben reportarnos aún mayores noticias sobre los venezolanos
convertidos tan injustamente en parias por el mundo ancho y ajeno; los
criminólogos de método y profundidad, perfilar cada vez mejor a las grandes
empresas delincuenciales del tráfico de personas; o los novelistas y poetas, tocar las fibras
más sensibles de una realidad que intenta traspapelarse, pero son los
dirigentes políticos los llamados a plantear en su más exacta dimensión la
tragedia. Versamos sobre uno de los más angustiosos problemas fundamentales del
país que requiere de una claridad conceptual y de un compromiso que, desde ya,
aparentemente lejana la transición, requiere del tratamiento de una política de
Estado que espera de la oposición, o, mejor, de sus sectores más convincentes y
sobrios, la mejor contribución; seguramente contaremos con un despacho
ejecutivo complementario para la debida atención de quienes regresaran si
existe la suficiente confianza, añadida la correspondiente representación
parlamentaria.
Las recientes deportaciones de venezolanos
desde Estados Unidos (alguna vez suspendidas), Guatemala u otros países, por
supuesto, deben escandalizar a la opinión pública mundial y, por mucho bloqueo
informativo y (auto) censura que haya,
nacional; más aún, cuando la guardia costera de Trinidad y Tobago ha disparado
a una embarcación de coterráneos desesperados, muriendo un niño, o nos exigen
la visa que nunca antes pidieron en países de la región. De un modo u otro,
dentro y fuera, luchamos por alcanzar la libertad para recuperar al país que
nunca hemos querido abandonar, constituyendo un escándalo las injustas medidas
adoptadas que desconocen la naturaleza del régimen que padecemos y las propias
consecuencias que acarrea y acarreará para el mundo.
La sola
presunción de la presencia de venezolanos como una amenaza para la seguridad de
los países que aplican las medidas (securitización),
desconoce o pretende desconocer el peligro real que comporta el socialismo del
siglo XXI de una clara vocación expansionista en consonancia con los más
obscuros intereses anti-occidentales. Ésta, y no otra, es la clave de un asunto
de extrema gravedad que, además de una política migratoria más acorde con la
dignidad de la persona humana, aconseja un diligente esfuerzo de comprensión,
denuncia y propuesta de quienes intuyen que una futura cancillería será mucho
más que una agencia de viajes; por lo pronto, se impone una comisión especial
para los desplazados y refugiados venezolanos, en el parlamento.
Fotografía: https://talcualdigital.com/venezolanos-con-proceso-de-tps-habrian-sido-deportados-de-eeuu/
08/02/2022:
https://www.elnacional.com/opinion/de-los-venezolanos-en-el-exterior/
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