LA CIUDAD AJENA
Luis Barragán
Precisamente,
hoy, Caracas cumple 456 años de una definitiva fundación española que tampoco
ha de ser motivo de vergüenza al contextualizarse en el denso proceso histórico,
complejo y contradictorio, presto a las consabidas manipulaciones de la hora. Devastado
el país de una también difícil emigración, el resto de los venezolanos tiende a
desplazarse a la ciudad capital, suponiéndola dizque mejor amparada por un
gobierno que teme a las masivas protestas de sus habitantes, aunque sí debería
avergonzarle la inadecuada y hasta inexistente prestación de los más
elementales servicios públicos.
Vitrina de la
depredación, la metrópoli que no es otra que la del incansable deterioro, está
frecuentemente alcabalizada - aún en los lugares libres de toda sospecha - bajo
la consigna de la matraca que
complementa el salario de sus autoridades policiales; tienden a multiplicarse las interesadas calles
del hambre y sus tarantines, soportando el comercio formal todo el peso de una
injusta carga fiscal y parafiscal, además de tan desleal competencia; o, desde
las casas y edificios de particulares, son iluminadas las calles y avenidas que
conducen al otro y perverso subsidio que
no confiesan las cifras oficiales. De un
difícil y arriesgado tránsito, asaltadas las bolsas de basura por doquier,
levantadas sospechosamente las grúas por contadas obras de construcción para
locales que no tienen mercado, pero colapsan los servicios, entre otros graves problemas, a lo sumo, es un referente del poder formal
con sedes muy amuralladas, trastocado en poder comercial: el socialismo es el
de las superiores habilidades mercantiles de
sus protagonistas en clara disputa por la privilegiada plaza urbana.
El cambio de los
tradicionales símbolos de la urbe, y el que crecientemente sobrevendrá en
términos toponímicos de continuar el actual orden de cosas, confía en la
pérdida o el reemplazo de la identidad que tuvo. A esto se suma que poco o nada conocidos son
los titulares de los órganos del Poder Público de la entidad, ni sus numerosos
concejales, como antes se sabía de ellos algo más, profundizando en el extravío
de un perfil y de una agenda regional, traspapelada fácilmente la dirigencia partidista y gremial de la región con la nacional.
La absoluta inseguridad personal, no permite vivir, recorrer y disfrutar de Caracas, vista con distancia desde el ventanal de la casa o la terraza de un centro comercial, lectores de las crónicas de Hannia Gómez, Marcos Negrón, o las recordadas de William Niño Araque. Un rincón del planeta, cuya invocación estremece aún más allá de nuestras fronteras.
Fotografías: LB (21/07/2023).
25/07/2023.
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