VOLVER SIN ENOJO A LA POLÍTICA
Luis Barragán
La vida
pública está cundida de emociones y, si bien la industria del espectáculo es el
principal generador y administrador de ellas, tal circunstancia no impide la más
viva manifestación en otras áreas del quehacer social.
En efecto, en
las artes plásticas, el béisbol y la política, las emociones importan y mucho,
pero – algo fundamental - no constituyen
un elemento existencial de las tres disciplinas, e, incluso, no las habría si –
por ejemplo – el lienzo no fuese efectivamente una experiencia creadora, el
equipo no produjera las carreras para ganar, o no hubiese una convincente
separación de los órganos del Poder Público. Contentan o entristecen los
resultados, suscitando las más disímiles reacciones una pincelada, un batazo o un
discurso, pero es necesario trabajar a fondo la vocación y el talento que
obligan a la también muy humana cordura, persistencia, madurez, sentido
estratégico, imaginación, y todo aquello que refuerza los valores y principios
que cultivamos: el surrealista actual – otro ejemplo – requiere del
conocimiento exacto de la obra de sus predecesores para no imitarlos, pues, no
tendría gracia alguna la copia habida cuenta de aquellos originales de alta
cotización en el mercado; gustamos y celebramos los más sorprendentes jonrones,
pero lograrlos requiere de algo más que la fuerza bruta, inventándole hasta una
musa al bateador; un buen mitin tiene una extraordinaria fuerza motivadora,
pero es el desarrollo de una acertada y eficaz campaña electoral la que traza y
arroja las deseadas victorias.
En el
gigantesco pajar de la mensajería digital, casualmente nos encontramos con la
cuenta del psicólogo clínico Alberto Barradas, quien particularmente refiere al
correcto o adecuado motivo para la escogencia y atención a un determinado dirigente
político, y, aunque discrepemos con él en otras ocasiones, entendiendo la
naturaleza y el alcance de la política y de la vida cívica, ahora, sin duda
alguna, acierta el especialista (https://www.tiktok.com/@psicovivircontigo/video/7449051779561475359).
Ojalá nos encontremos en el camino de la recuperación y el regreso masivo a la
razón y el compromiso que concierne existencialmente a la política,
reivindicando y actualizando una identidad que se ha encargado de desdibujar el
socialismo del siglo de un empuje populista carnavalizador en los término de
Mijail Bajtín.
La inflación
de las expectativas y, lo peor, la reafirmación de promesas que se saben
imposibles de cumplir, muy lejos de exponerse como una habilidad y hasta una
solemne picardía digna de festejar, provoca una descomunal frustración y
desencanto tratándose de una grave y decisiva coyuntura. El político de oficio,
o el que tiene la suficiente humildad para asesorarse en un terreno que le es
inédito, no debe (pre)fabricar una esperanza después inmediatamente
traicionada, socavando nuestra fe en un destino inevitablemente compartido.
Volver a la
cordura, es hacerlo con la verdad como el más extraordinario de los retos a
afrontar en medio del generalizado marasmo de la centuria. Y sospechar de la
irracionalidad evidentemente interesada de cuanto zoquete se jura analista
político en las redes, prestándole grandes servicios al mal, obliga a alzar las
banderas de la más rigurosa lógica frente a las sandeces que prosperan; huelga
comentar, por mucha ilusión que suscite una determinada y circunstancial
percepción, la política es un fenómeno solamente afianzado por los hechos cumplidos.
Gráfica: Tomada de las redes.
12/06/24: https://www.lapatilla.com/2025/01/12/luis-barragan-volver-sin-enojo-a-la-politica/
13/06/24: https://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/42329-del-volver-sin-enojo-a-la-politica
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