DEL CAOS QUE NO SE IMPROVISA
Luis Barragán
El desorden
característico y cada vez más grave del tránsito vehicular y peatonal en
nuestras grandes y medianas ciudades, con el consentimiento sostenido de las
autoridades públicas, por ejemplo, guarda exacta correspondencia con el
desempeño y desinstitucionalización de todas las instancias de un poder
enfermizamente continuista, Aparentando libertad, noción crecientemente
corrompida, cualquier dislate y exabrupto contribuye a una predisposición o mentalidad totalitaria aún no consolidada.
Las primarias
constituyen un esfuerzo voluntario e involuntario de reordenamiento de las instituciones,
actores y espacios políticos y sociales sobrevivientes de la oposición. Empero,
fuerza también a una actualización de las camarillas indigestas del poder que suponemos, al menos, presionadas por los partidarios que pasan tanta hambre
como el resto de la población.
El propio objetivo
de seleccionar democrática y limpiamente al abanderado presidencial opositor, entraña
una mínima racionalidad que choca con la arbitrariedad desplegada desde el
Estado con todos sus recursos materiales y simbólicos. La normativa, los
procedimientos y la sobriedad demostrada por los integrantes de la Comisión
Nacional de Primarias, ofrecen un radical contraste con los altos funcionarios
del Estado que, a la vez, tienen importantes
responsabilidades partidistas y, faltando poco, incluye a oficiales de alta
graduación en la defensa de una causa incompatible con el artículo 328
constitucional.
Caos calculado,
nada mejor que rebarajar el Consejo Nacional Electoral para desconcertarnos en
torno a las condiciones y a la realización misma de los comicios de 2024,
consagrando a Maduro Moros como su único e imperturbable garante frente a
propios y extraños. Por sus consecuencias, equivale a la reciente detención e
incierta situación de la señora Yosida Vanegas, madre del prisionero político
Juan Carlos Monasterios; a las amenazas de muerte propinadas contra la diputada
Delsa Sólorzano, e inhabilitaciones y golpizas de otros precandidatos.
Porque
igualmente les afecta la enorme lección de civismo que arrojarán las primarias,
como un buen día de julio resultó exitosa la consulta de 2017, siendo la única
orden que literalmente arrojan a los suyos: la de sabotearlas a cambio de una mayor “comprensión”
de la calamidad personal y familiar que
atraviesan, apenas compensados con un bolsa de comida de mala calidad que no
se parece a aquella con productos abundantes y de buena marca que reparten en ministerios y
demás despachos, a favor de la rosca agraciada de los colectivos y afines.
Teóricamente, el asunto no se les irá de las manos mientras tengan poder de
fuego, por lo que no resulta descabellado imaginar una parálisis del país por
falta de gasolina justo el día de las primarias, la intimidación a propietarios
y directores para que no presten las escuelas privadas, la espontánea vocación
y demostración de violencia por los grupos de choque, la inundación de falsas
noticias, etc.
En el presente
siglo, el orden de los factores sí altera y suele divertirse con el producto,
aunque los socialistas de esta hora ya agotaron todas las posibilidades de
legitimación. Hastiados, en trance permanente de cargar los dados, ni siquiera
incurren en la temeridad de versionar el autoritarismo competitivo de acuerdo a
la literatura especializada, vitoreando desde ya el fraude electoral que tienen
pendiente como una bandera desvergonzadamente alzada por aquella consigna de quedarse
aún por las malas.
Fotografías: LB (Plaza Brión, Caracas, 28/06/2023).
22/08/2023:
https://www.elnacional.com/opinion/del-caos-que-no-se-improvisa/
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