UN COMBATE MUY DIFÍCIL DE ACOMETER Y GANAR
Hermann
Alvino
El
tema de las drogas y los narcos va mucho más allá de lo parece a primera vista,
especialmente si quienes lo presentan hablando del “combate a las drogas” no se
han actualizado sobre la evolución de la organización del cultivo, la logística
de la distribución, y las tramas para legitimar el dinero de su venta; por ello
puede ser de utilidad complementar un escrito de Karina Sainz Borgo publicado
recientemente en el ABC español, partiendo de que a la fecha hay cuatro centros
productores principales: Perú, Colombia, Bolivia y Afganistán, con Ecuador y
Venezuela, entre muchos otros, como rutas de envío, y obviamente con su propio
consumo y como territorios de lavado de dinero, o Argentina como proveedor de
las sustancias con las que se procesa la coca cruda. En Ecuador está a la vista
el enorme desarrollo inmobiliario en Manta a partir de dinero narco, y en
Venezuela ya aparece su presencia en las numerosas hectáreas que se cultivan
con los capitales que ingresan ilegalmente; en esos entornos también se
invierte en alumbrado, ambulatorios, etc, y no nos sorprenda que también surjan
candidatos a ciertas alcaldías impulsados por los narcos.
Comentario
aparte merece el caso afgano luego de la huida de EEUU, tal vez pensando, o al
menos así parece que se deduce de sus servicios de inteligencia, que al poco
tiempo EEUU tendría un frente europeo abierto en Ucrania y que no deseaba
distraerse más de la cuenta, siendo el territorio afgano el menos importante en
comparación con el europeo. En Afganistán quedaron con mano libre los
cultivadores de opio para transformarlo en heroína, con el detalle de que la ya
parte de la nueva heroína no se inyecta sino que se inhala como la coca,
haciendo más sencillo –si cabe el término- el drogarse con ella sin arriesgar
el SIDA y demás enfermedades por compartir jeringas infectadas.
La
introducción de esta variante de la heroína la podemos relacionar con los avances
en materia de drogas sintéticas a partir del trabajo de químicos y
especialistas afines contratados por los narcos para desarrollar alternativas a
las drogas actualmente más comunes. Estos productos sintéticos, tan rentables
como la coca y heroína, tienen la ventaja de que su obtención no depende de la
temporalidad de las cosechas de hoja de coca y amapola, además de tener una
mejor portabilidad y sobre todo, que al poner con alta frecuencia en el mercado
de consumo diversas sustancias, su seguimiento por parte de las autoridades se
complica, además de que si para conocer a plenitud sus efectos sobre la salud,
para efectos de disponer estadísticas representativas, siempre deberá pasar
cierto tiempo, pero al tener ese cuadro clínico nos conseguiremos que esas
sustancias ya habrán sido sustituidas por otras. En este sentido también, tal
vez la dificultad más grande consiste en perseguir un mercado de sustancias
cuyos efectos se desconocen a priori, impidiendo con ello el tipificar su
tráfico o posesión como un delito.
Por
otra parte, es sabido que el consumo de drogas varias puede ser por “moda”, por
adicción al iniciarse incautamente en su consumo para permanecer en el entorno
socializante de cada uno, o por la fatiga laboral –caso fentanilo y afines-, de
los varios empleos a la semana para llegar a finales de mes; pero en última
instancia ese consumo se debe básicamente al desconocimiento por la falta de
educación a partir de la debilidad de los sistemas educativos escolares y
familiares. Ese consumo además, también se potencia dentro de los medios de
comunicación que son muy ignorantes en este tema. Por ejemplo, es frecuente
recibir mensajes mediáticos que dividen las drogas entre “ligeras” como la
marijuana, y “pesadas” con relación al resto, cuando la verdad es que todas
son, simplemente, drogas, y todas generan adicción –a pesar de que en esos
mismos medios muchos estiman que la marijuana no causa adicción-, así como
daños cerebrales –la marijuana actúa afectando la corteza cerebral- y daños
corporales, como los riñones, el hígado, el corazón, etc. por parte de todas
esas sustancias. La poca profundidad con la que se trata este tema en los
medios de comunicación es evidente, porque la inmediatez que impone su misión
comercial impide dedicarle el tiempo requerido con entrevistas a fondo con
especialistas de múltiples disciplinas, desde médicos y neurólogos para mostrar
los efectos en el cuerpo humano, hasta sociólogos y criminólogos para informar
sobre la degradación familiar y social que genera el consumo de drogas. La
frivolidad con que se trata este tema hasta ha legitimado alguna de estas
drogas confundiendo su función medicinal para paliar el dolor extremo en
dolencias insoportables y en pacientes terminales al hablar de su uso para
meditar, o ser creativo artísticamente, etc. siempre descartando sus efectos
nefastos sobre nuestro organismo.
En
la actualidad el combate efectivo al narco debe responder a una nueva realidad
organizativa y logística dentro de la cual los capos narcos ya son inmensamente
ricos, y al tener relativamente resuelto el problema de la producción, traslado
y venta global, su problema por un lado es el transporte de esa enorme cantidad
de dinero en efectivo que cada día les ingresa por la venta al detal, cuyos
billetes deben irse centralizando en locales a lo largo de la pirámide de la
organización, para terminar finalmente en el lugar del acopio final, y por otro
lado está el tema de la legitimación de ese dinero.
En
este sentido es importante tener en cuenta que para los efectos de producción,
transporte y colocación en el mercado, para los carteles cada región es
considerada como si fuera un único territorio, mientras que para las
autoridades de cada país, como sucede en Europa, cada actuación que requiere
interacción con los países de esa región, se topa con reglamentos distintos,
fuerzas policiales e instituciones de diversa cultura que a veces, si bien
comprenden bien la naturaleza y técnicas de la actividad terrorista, no es así
cuando se trata de la existencia de las diversas mafias de extorsión, secuestro
y narcotráfico. El combate europeo entonces debe lidiar con protocolos de
actuación diferentes, y el tiempo requerido para superar esa red de dispar, y
poder concretar una acción conjunta y coordinada siempre correrá a favor de los
narcos, especialmente cuando las interceptaciones electrónicas de diverso tipo
se enfrentan a regulaciones estrictas en materia de privacidad de los datos del
ciudadano.
Por
otra parte, sin todavía entrar en el tema de la legitimación de capitales, en
materia de producción y transporte a los mercados, la enorme riqueza acumulada
durante décadas de narcotráfico, ya hasta permite utilizar información
satelital a cargo de especialistas contratados y muy bien pagados, mediante la
cual se puede conocer cuándo un está activo uno que otro satélite que recaba
información sobre una zona de producción o transporte para paralizar y
mimetizar las operaciones, y reiniciarlas oportunamente al saber con cierta
confiabilidad que durante un lapso específico no serán espiados desde el
espacio.
De
manera que a la nefasta corrupción que siempre ha caracterizado el
narcotráfico, mediante los sobornos hasta los niveles más altos de las
instituciones civiles, militares y policiales, ahora también hay que tener en
cuenta la tecnología que respalda su actividad, y no cabe duda de que la
penetración narco en las instituciones políticas de muchos países ha sido un
factor decisivo para mantener el ritmo de sus operaciones de producción,
distribución y lavado de dinero, pero en todas estas etapas es importante
resaltar el apoyo de la población y de sus dirigentes, el cual puede ser
espontáneo por los beneficios –si cabe el término- que esas actuaciones generan
en determinado ámbito geográfico, o forzado, conociendo todos la terrible manera
que tienen para resolver cualquier problema que le causen las personas,
liquidándolas físicamente, muchas veces de manera muy cruel e indigna para todo
ser humano, incluso después de asesinado. No hace falta además, enfrentarlos
directamente desde las instituciones estatales para eventualmente perder la
vida, ya que solo con la posibilidad de que en el futuro alguien ocupe
posiciones de gobierno desde las cuales se opondrán al narcotráfico ya
convierte a cada uno en un blanco potencial, cuando no real, como ha sido el
caso del candidato presidencial ecuatoriano recientemente asesinado, quien
además no tenía ninguna posibilidad de ser electo en las venideras elecciones
de ese país. Son asesinatos que también sirven de mensaje a la colectividad,
esto es, que en ciertos países, dedicarse a la política y tomar partido sobre
ciertos temas, es peligroso y se arriesga la propia vida.
El
apoyo de parte de la población puede surgir por ciertas inversiones locales en
materia de servicios, que para el incauto que lo desconoce, son parte de la
actividad de lavado de dinero; en este sentido también se pueden considerar
actividades que suplen a la ausencia del Estado en muchas comunidades, y por
ello, junto a cierta infraestructura aportada, los narcos también sirven de
autoridades locales para resolver conflictos menores.
La
aceptación social entonces –si cabe el término-, puede surgir de muchas
maneras, con donativos a la parroquia local, a los equipos deportivos para
mejorar sus instalaciones y reclutar jugadores que le traigan muchas victorias,
etc., pero esto siempre está asociado a un nivel mínimo de visibilidad del
narco, puesto que mostrarse al lado de ciertas autoridades –conscientes o no de
la actividad de esa compañía-, es clave para que se conozca esa suerte de
status social, y a partir de allí será posible que hasta los mismos candidatos
locales y hasta nacionales, puedan recurrir a la influencia narco para
movilizar potenciales votantes; una colaboración narco que evidentemente será
debidamente retribuida en su oportunidad, facilitándole por ejemplo el acceso a
licitaciones cuando no su directa estructuración concursal asegurando el
contrato, y que aportará más facilidades al lavado de dinero, el cual se
realiza de maneras variadísimas incluso contratando profesionales del derecho,
de la administración de empresas y contabilidad para darle recorrido de la
manera más adecuada al enorme flujo de dinero que diariamente se genera.
Así
tenemos que en pequeña escala habrá testaferros que instalen o compren talleres
mecánicos, pequeños abastos, restaurantes, concesionarios de vehículos, etc.,
siempre amparados por la ley local sin sobrepasar los umbrales de capital que
serían controlados por las autoridades, mientras que en gran escala ya se puede
hablar de inversiones masivas en acciones corporativas a nivel global con el
beneplácito de circuitos financieros laxos, cuando no cómplices de las
operaciones.
Debe
resaltarse también que el lavado en pequeño también tiene recorrido mediante el
préstamo a particulares y a pequeños empresarios, el cual naturalmente responde
a criterios de usura y que al final tiene como objetivo apoderarse de las
propiedades de quienes en algún momento no podrán reponer ni siquiera los
intereses del dinero prestado. Pero también llama la atención que cuando en
algún territorio ocurren catástrofes naturales, o cuando una familia sufre
alguna desgracia, el narco también podrá aportar el dinero necesario para
paliar las dificultades de la gente, prestándolo a precio razonable como el de
los bancos, que en circunstancias así no prestan, o simplemente a fondo
perdido, todo lo cual como una inversión para reforzar el fundamento de su
aceptación social.
Con
relación a los grandes capitales que de múltiples manera entran en el circuito
financiero para legitimarse, es de recordar que la riqueza narco bien supera la
de muchos países del planeta, y que por tanto su entrada en ese circuito, por
la magnitud de ese volumen de dinero, requiere diversas salidas, por lo que no
es de extrañar que si en la escala pequeña se frecuenta uno que otro
restaurante preferido sin percatarse que éste en realidad está en manos
narcos, tampoco debe extrañar que el gran capital malhabido influya en los
mercados al incorporarse a grandes fondos de inversión que hasta adquieren
bonos de la deuda de muchos países, sin descartar los fondos de energía, salud,
transporte, etc. En el caso europeo, la incorporación a estos mercados incluso
ha motivado a los narcos latinoamericanos a ser pagados directamente en euros,
con los problemas locales equivalentes de acopio y movilización de efectivo, o
evitando esta logística mediante el pago por acciones, bonos, etc. ya
legitimados por parte de los compradores-distribuidores europeos.
En
cualquier caso, si bien es importante para todo inversionista –y los narcos lo
son- obtener una rentabilidad atractiva, debe tomarse en cuenta que su por el
camino del lavado se pierde un 60% o un 70%, el 30% remanente sigue siendo una
ganancia neta aportada por los consumidores finales de droga, y que al día
siguiente seguirá entrando más dinero en las arcas narco.
Así
que lo que podemos denominar “combate” al narco es un término espurio si no se
toman en cuenta las nuevas técnicas de estos carteles para mantener y
acrecentar su riqueza, y lo que es peor, para mantener sometida a parte de la
población, por la violencia o por una disuación social artificiosa, y más
terrible todavía, con toda la secuela de daños corporales que poco les importan
a los capos de la droga.
El
problema pues, es muy complejo, los sistemas educativos y mediáticos no aportan
la necesaria cultura de manera contundente, y la eficacia de la actuación narco
supera la maraña existente en las maquinarias estatales sin mayor expectativa
de que haya sistemas legales efectivos y severos que gestionen sensatamente
conceptos como el de privacidad ciudadana o el de los derechos humanos. Así
mismo debe tenerse en cuenta de que mientras más tiempo siga pasando la
situación será más a favor del narco al consolidar diariamente y sin pausa su
presencia e influencia en toda la sociedad y mejorar su tecnología y presencia
en las finanzas del mundo.
Existe
por supuesto la posibilidad de que la sociedad reaccione, tal vez motivada por
algún evento de gran calado, como también existe la esperanza de que algún día
la ONU logre consensuar una fuerza supranacional de control de cultivos de coca
en los países productores, asegurando su sustitución y compensando directamente
a los campesinos la diferencia en la ganancia por ese cambio. Pero estos son
escenarios de ficción cuyo alcance no está a la mano.
De cualquier manera entonces, la serenidad social venezolana transitará por caminos muy complicados.
Fotografía: Shutterstock, tomada de la red.
17/08/2023.
https://www.lapatilla.com/2023/08/17/hermann-alvino-un-combate-dificil-de-acometer-y-ganar/
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