NOVEDOSO TABÚ
Luis Barragán
Semanas atrás,
murieron Jane Birkin y Sinéad O'Connor.
La una, una actriz afamada entre los sesenta y setenta del siglo veinte,
y, la otra, una estupenda vocalista de continuas y muy públicas crisis
existenciales.
El caso es que, por las tareas que a diario nos ocupan, parece ilegítimo que comentáramos por escrito
en torno a ambas referencias, o que se dejaran sólo para las consabidas
conjeturas de la farándula. Sin embargo, el impedimento – digamos – moral, es
propio de las características del régimen actual.
En efecto, un
régimen que persigue y castiga en el ámbito estrictamente político, pero
igualmente se mete, torpedea y condiciona cualesquiera ámbitos, cercena las
libertades culturales para irradiar e imponer la subcultura delictiva, o dicta
un estrictísimo código de vestimenta en el SAIME, aislando completamente al
país excepto la importación selectiva, interesada y muy rentable de viejos
cantantes, tiene un algo de totalitario.
Faltando poco, culto a la personalidad presidencial, sólo cabe hablar de
Maduro Moros, mas no de los problemas esenciales del país, los viajes al
espacio sideral, el artefacto nuclear norcoreano, guerras como las de Ucrania y
Sudán del Sur, o Birkin y O'Connor;
éstas, objeto de la moralina vigente.
Apenas lo recordamos, principiando los ochenta, la película en el contexto de un ciclo relacionado con Vadim, con la contracultura y la música de entonces, quizá en la meritoria sala de La Previsora, la del Centro Plaza, o la Cinemateca Nacional con su característico olor. Evidente relación lésbica entre los personajes encarnados por ambos mitos del espectáculo, el asunto constituía un tabú aún en los medios vanidosamente libérrimos, como no imaginan las generaciones de ahora que también son víctimas de la heterosexualidad como le novedoso tabú del discurso políticamente correcto.
16/08/2023:
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