PROCESIONES
Luis Barragán
Desde principios
de año, nos afiliamos a una cuenta sevillana de Tik-Tok relacionada con las
procesiones de Semana Santa. No impresionó la complejidad del trabajo que
incluye el duro entrenamiento de los costaleros con la enorme y pesada parihuela,
siguiendo una larga y hermosa tradición; y tanta fue la impresión, que adscribimos
a otras dos o tres cuentas similares.
La actividad
fundamental ha generado otras relacionadas con una cierta coreografía, imágenes
alternas, motivos musicales, ventimenta, orientadas para un recorrido de
devoción. Podrá argumentarse el interés comercial y específicamente turístico
de la actividad, algo inevitable, pero no menos importante es señalar la
dirección ejercida por el obispado correspondiente que no la hace esencial y
sustancialmente crematística y utilitaria.
De modo que no
tratamos de una iniciativa espontánea, improvisada y repentina. Y, si es de
hacer alguna comparación con otra legítima faena a cumplir en una semana o unos
días, para la cual el resto del año se mueve y se prepara toda una industria, carnavales
como los de Brasil distan mucho del específico y trascedente propósito de las
procesiones católicas.
En una España
cada vez más descreída, como está ocurriendo en toda Europa, llama la atención
la extraordinaria concurrencia a las procesiones, por lo menos, las que más se
esmeran durante el año por atraer a las personas. E, incluso, nos conmovió muy
recientemente, el video tomado a media distancia de una procesión acompañada
por devotos también descubiertos mientras lloviznaba: lo impresionante fue que
los espectadores u observadores que estaban parados, e, igualmente, al
descubierto, sólo sacaron sus paraguas toda vez que se alejó la procesión.
Es nuestra la
impresión, con las excepciones del caso, que la actividad en el medio urbano
venezolano prácticamente está desaparecida. Comporta una profunda convicción
para el sacrificio de cargar con una pesada parihuela y una sencilla pieza,
como de acompañarla en oración.
La vieja
prensa nos reporta grandes procesiones en la Venezuela de antes, y, como bien
recordaba Nicomedes Febres en Facebook, hasta los años sesenta y setenta del
veinte, las emisoras radiales transmitían música académica y la televisión
reiteraba las películas hollywoodenses de siempre; antes y ahora, tuvimos
parihuelas muy modestas de compararlas con las españolas, italianas, colombianas,
mexicanas, o estadounidenses, incluso. Empero, lo cierto es que, descreída la
sociedad más contemporánea, por un motivo o por otro, las nuevas generaciones
tienden a desconocer estas experiencias de devoción católica, ocurriendo con actividades
de otras confesiones organizadas, como si el hombre pudiera prescindir de toda
trascendencia, de toda posteridad, de un ir más allá de la punta de la nariz.
Gráficas: Aporte de Nicomedes Febres, desde su cuenta facebookeana: procesión en la Venezuela de antes; y captura de pantalla de video tomado en la Antigua Guatemala: https://www.youtube.com/watch?v=Vix5kYVO4LQ
26/03/2024:
https://www.costadelsolfm.org/2024/03/26/luis-barragan-procesiones/
27/03/2024:
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