Roberto Sanchez Cabello
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Mi nombre es Roberto Sanchez y soy tesista en la escuela de antropología, el pasado viernes 25 de marzo, me encontraba en la UCV finiquitando algunos temas de mi servicio comunitario, cuando de salida, vi frente a la escuela un camión gigante de construcción y una camioneta pickup que revolvían lo que quedaba de un montículo de escombros, me llamó la atención que entre ellos había libros. Los muchachos de la pickup estaban de paso revisandolos para “reciclar el papel”, mientras apartaban algunos que resultaban de su interés, al ver más de cerca me di cuenta de que eran libros de antropología y sociología, le pregunté a uno de los obreros que había contribuido a llenar el camión ya hasta su tope, si estos libros habían salido de la escuela, a lo que me respondió afirmando y con impresión: “la mitad de este camión está lleno de libros”.
Tardé en procesar lo que sucedía, por lo que me apresuré a meter en mi bolso los libros de interés personal que podía llevar. Veía libros firmados por Victor Rago, muchos libros en francés y finalmente libros con sus cotas intactas y sellos de la biblioteca “Efraín Hurtado”. Luego me enteré de que los libros en francés eran de la colección original de Efraín Hurtado, los cuales fundaron la biblioteca, y los del profesor Rago, donaciones que él realizó a la misma. Quisiera recordarles que en Venezuela hay actualmente solo dos escuelas de antropología, en LUZ y la UCV, por ende, que dicha colección es una de las más grandes e importantes no-privadas dentro de nuestro país, a disposición de estudiantes y todo aquel interesado en los conocimientos que guarda.
Un compañero, Ender Rojas, como representante estudiantil, pasó el lunes por la escuela, la directiva afirmo que simplemente se habían botado los libros que estaban en mal estado, producto de una inundación (alrededor de hace dos años). Una sra. del personal de limpieza amablemente dejó pasar a Ender y le mostró que estaban acomodando ya que la semana que viene piensan abrir (primer respiro, no destruyeron todo), y al igual que los obreros de construcción, afirmaron que lo que se había botado, había sido decisión de la persona encargada de la biblioteca.
¿Que me inspira hoy a comunicar todo esto?
-Segundo, entiendo que el espejismo de la era digital y las pantallas ha conducido a desvalorizar los libros, pero entiendan que muchos de los que se botaron NO EXISTEN DIGITALIZADOS. Y que su valor intrínseco, tiene dimensiones todavía inimaginables para el futuro de la Antropología y su historia en Venezuela.
-Tercero, si la ignorancia de quien lleva la biblioteca y la directiva de la escuela, no les permite entender el valor de los libros que allí están, pudieron haberse asesorado con algún profesor o grupo de estudiantes para tomar mejores decisiones y afinar el criterio. Ya fuese para que nos los lleváramos, ya que muchos estudiantes SI ESTAMOS INTERESADOS EN LOS LIBROS, o para tomar conciencia sobre NO BOTARLOS COMO BASURA.
Mi intención no es agraviar a nadie, como diría el profesor Rago “…no ofendan a las personas, ofendan sus ideas…”, aunque resulta difícil ofender ideas donde no las hay, sino acciones vacías de sentido… Por lo que pido, si alguien tiene alguna explicación, que la dé, y si no, que se tomen las medidas para que esto no vuelva a suceder.
Desde hace años hay en el centro de documentación un problema de fondo sobre el cual no quiero extenderme, ya bastante difícil era poder ingresar, consultar y que alguien tuviese buena disposición en dicho centro. A la directiva: no dejen que esto siga sucediendo. A los estudiantes que inician clases el próximo 4 de abril: no sean ingenuos y no dejen perder el Centro de Documentación Efraín Hurtado.
29/03/2022:
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